20 AÑOS SIN MIGUEL ÁNGEL BLANCO

Mayor Oreja: "No hemos derrotado al proyecto político de ETA"

El ex ministro del Interior reconoce cómo la tarde que tuvo que hacer público el secuestro de Miguel Ángel Blanco fue el momento más difícil de su vida política

Andoni Orrantia

Publicado el - Actualizado

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Es la memoria viva de los crímenes y secuestros de ETA. De los llamados años de plomo de ETA en el País Vasco y en España. Donde cada día del calendario en los años 80 estaba marcado por un asesinato de la banda terrorista. Retirado ya de la actividad política, Jaime Mayor preside en la actualidad la Fundación Valores y Sociedad. En 1996 se incorpora a una de las carteras ministeriales más duras, la de Interior, procedente del Ayuntamiento de San Sebastián. Atrás deja la violencia callejera casi diaria para poner en marcha una política antiterrorista que acabe con ella. Es una de las tareas que le encomienda José María Aznar nada más aterrizar en Moncloa.

Jaime Mayor Oreja se estrena en el cargo con dos secuestros en activo por parte de ETA; el del funcionario de prisiones, José Antonio Ortega Lara y el del empresario Cosme Delclaux. El primer y el cuarto secuestro más largo de la historia de ETA respectivamente. 532 y 232 días en cautiverio. “Entré en el Ejecutivo con el chantaje de la banda al Estado por la política penitenciaria”, recuerda en una sala adyacente a su despacho.

Liberado Ortega Lara, ¿el Gobierno piensa que ETA reaccionaría de alguna forma?

No necesariamente. Era un momento de tanta alegría. No era solamente la liberación de una vida humana, era el final de un chantaje. Durante meses teníamos una presión muy fuerte del Partido Nacionalista Vasco (PNV) para que cambiáramos la política penitenciaria. Había voces muy duras contra nuestra posición de no ceder al chantaje de ETA. Fueron días de celebración, de alivio. No esperábamos que hubiese una reacción así de ETA. Era imposible, visto con la perspectiva del tiempo. ¿Sobre quién iban a actuar? Nadie nos dio información de eso. La improvisaron sobre la marcha.

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Aquel jueves 10 de julio, cada minuto que pasaba confirmaba los temores tras la liberación de Ortega Lara. Daba sentido a la llamada que ese día a las cuatro de la tarde se recibe en el gabinete telegráfico del Ministerio del Interior. Una persona quería ponerse en contacto con Jaime Mayor Oreja y el funcionario pasa la llamada a la secretaria del ministro. “Hijos de puta, lo de Ortega Lara lo vais a pagar. ¡Gora Euskadi Askatuta!”. “Era evidente que se había producido la respuesta vengativa de ETA”, reconoce Mayor Oreja en declaraciones a COPE.

“Desde que conocí la noticia, tuve la percepción de que no era un secuestro. Era un asesinato a cámara lenta. Era una venganza y la venganza no podía terminar más que con un asesinato”, asegura. Aquel jueves 10 de julio de 1997, se produciría el momento más difícil de la vida política de Jaime Mayor Oreja. Así lo describe él. El momento en el que tiene que comunicar a los españoles en rueda de prensa que un concejal del PP en Ermua ha sido secuestrado. “El discurso lo escribo a mano en el trayecto de Moncloa al ministerio. Fue el más difícil porque no podíamos exagerar el tono. Miguel Ángel estaba secuestrado. Teníamos que demostrar firmeza pero nuestro discurso no podía ser una excusa para que le mataran”, añade.

El viernes por la mañana se celebra el Consejo de Ministros, en medio del ultimátum de ETA, ¿se produce algún debate especial?

En el Consejo de Ministros hay un debate sobre si el Presidente del Gobierno debe ir o no a la manifestación que está convocada al día siguiente por la llamada Mesa de Ajuria Enea en Bilbao. Yo no tengo ninguna duda de que José María Aznar tiene que estar. Y definitivamente el Presidente del Gobierno decide ir a Bilbao aquel sábado.

¿Fue crucial la movilización ciudadana esas 48 horas de julio?

Fue crucial para llevar adelante todo el proyecto político desde la Justicia, desde la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desde el ámbito internacional y aplicar una dirección en la política antiterrorista. No por el desenlace que estaba marcado por la propia decisión de ETA pero sí para lo que vendría a continuación. La movilización fue social más que política y eso provocó en toda España que la gente saliera espontáneamente a la calle y se concentrara. Fue la confirmación de que hubo un punto y aparte en la lucha contra ETA.

Veinte años después, el ex ministro reconoce que el despliegue llevado a cabo por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, “fue como buscar una aguja en un pajar pese a la cooperación policial”. Pasan las horas y la víspera al fatal desenlace –también el día de su cumpleaños-, en la soledad del despacho de su Ministerio, Jaime Mayor Oreja padece “una mezcla de angustia y dolor”. “Cuando te quedas solo, te das cuenta de que se avecina una tragedia”, relata. “Mis hijos de 14 años, de 10, de 6 y de 3 es evidente que vivieron muy intensamente aquellos días con mi mujer”, reconoce para asegurar más tarde que nunca tuvo problemas de conciencia.

Jaime Mayor Oreja, ex ministro del Interior durante la entrevista concedida a COPE

Jaime Mayor Oreja, ex ministro del Interior durante la entrevista concedida a COPE

¿Cómo recuerda el desenlace del secuestro de Miguel Ángel Blanco?

Era un desenlace esperado. Fueron diez días desde la liberación de Ortega Lara donde pude entender lo que es la cara y la cruz de la vida. Donde a veces estás en el éxito y en la felicidad y 10 días después ves el reverso de tu vida. De la historia. Es el dolor y es la angustia de observar que un hombre joven y bueno había sido asesinado.

¿Lo de Miguel Ángel Blanco se olvida alguna vez?

Todo lo que se hace en este terreno se entierra y cuando en el año 2004 viene Zapatero abre un proceso que es lo contrario de lo que nosotros (el PP) hicimos. Con esa mal llamado proceso de Paz se olvidó todo lo que había significado la enseñanza de Miguel Ángel Blanco. Lo más fácil es negociar. El de ETA era y es un proyecto de ruptura.

20 años después, ¿qué queda de ETA?

ETA ha dejado de ser vanguardia. Y eso lo conseguimos todos los españoles con aquella movilización. ETA se dio cuenta de que tenía que cambiar de estrategia y tuvo que pasar a abrazar las treguas y las negociaciones. Cada tregua es una negociación. Primero se negoció en Estella con el PNV, luego, con ERC y al final, con Zapatero. Pero ETA como proyecto de ruptura lo que hace es estar viendo lo que sucede en Cataluña. ETA es un proyecto de ruptura. Nació para romper a España. Hoy ETA en el País Vasco suma lo que representan el PP y el PSOE juntos y el proyecto de ruptura está muy avanzado en Cataluña. No participo nunca del concepto de que hemos derrotado a ETA porque creo que es una pesadilla.

¿La sociedad vasca se ha olvidado de ETA?

Lo más cómodo es escuchar que hemos derrotado a ETA. No hemos derrotado al proyecto político que está detrás de ETA. Lo que se hizo contra ETA fue decisivo porque hoy no mata pero otra cosa es decir que hemos ganado esta batalla cuando España tiene una crisis de nación importante.