La defensa del español por los académicos Villanueva y Samper en ‘Diálogos’

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Darío Villanueva lleva ya 10 años con la D mayúscula a sus espaldas. Y no es porque esa sea su edad sino porque la cifra nos recuerda el momento en el que ingresó en la Real Academia Española de la Lengua para ocupar ese sillón. Gallego. De Vilalba, el mismo pueblo de Lugo en el que nació Manuel Fraga.

D de Darío como el abuelo que marchó de niño a Cuba. D de discurso claro. D de diccionario. Y como director de la RAE defiende que el diccionario es de todos. Que vivimos en una sociedad en la que hay palabras globo. Que se usan, se hinchan y desaparecen. Que la academia no inventa; recoge las que la sociedad genera en una larga lista de espera que durante muchos años ha pedido vez a las puertas de su despacho.

Darío es un padre orgulloso de sus 2 hijos antes que catedrático y doctor honoris causa por 12 universidades. Lucha contra el manoseo oportunista de un idioma que es propiedad de sus 570 millones de hablantes. Y lo hace con un jarabe, con los 305 años que lleva la RAE prestando servicio a la lengua.

Este espía de las palabras, con la experiencia que le dan sus 68 años; de pelo y barba canosa, intenta introducir cordura en unos debates envenenados por la corrección política de miembros y miembras.

Uno de los primeros libros que cayó en sus manos fue 'La isla del tesoro'. Darío reconoce que el acto de leer es creativo. Que proyectamos sobre el texto nuestro propio yo. Lo sabe bien Daniel Samper como escritor colombiano que es. En una sociedad dominada por la tecnología, ha llegado a decir que podría salir de casa sin pantalones pero no sin un bolígrafo.

La afición a la lectura la encontró en una casa austera. Con sus 4 hermanos y sus padres. Los dos maestros. Este estudiante con buena ortografía, daba clases de inglés para conseguir unos pesos. Sufría con las matemáticas y le encantaba la literatura. Daniel ha contagiado el sentido del humor a sus tres hijos y a sus nietos. Defiende la figura del bisabuelo. Es miembro de la Academia Colombiana de la Lengua. Dedicó medio siglo de su vida a trabajar en el diario 'El Tiempo' y su profesionalidad le ha llevado a que le consideren allí el padre del periodismo de investigación. Ha sido guionista de televisión y de cine. Y le gusta Woody Allen.

Darío y Daniel. Dos nombres tallados sobre una D. D también…. de diálogo.

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