Leonor Watling sobre Íñigo Pirfano en 'Diálogos': "Es una delicatessen intelectual"
Leonor Watling describe a Íñigo Pirfano en 'Diálogos'
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Penúltima entrega de 'Diálogos' de este verano 2020 con una charla más que interesante entre dos talentos: Leonor Watling e Íñigo Pirfano.
Pero antes, sepamos qué piensa el uno del otro.
ÍÑIGO PIRFANO SOBRE LEONOR WATLING
Para mí es como un artista del Renacimiento, alguien que tiene un talento extraordinario, una especie de comezón de llamada de algo que le lleva a expresarse artísticamente y lo hace de manera maravillosa en todas las facetas que aborda
LEONOR WATLING SOBRE ÍÑIGO PIRFANO
Íñigo es maravilloso, se me ocurren solo metáforas gastronómicas, es una delicatessen de intelectual y a la vez algo… Muy práctico y muy orgánico.
ASÍ SON LEONOR WATLING E ÍNIGO PIRFANO
Si Leonor Elizabeth hubiera nacido pocos meses después, Franco habría muerto ya y sus padres la habrían podido inscribir como Eleanor. Esta actriz y cantante, fue Eli hasta que se sintió con fuerzas de convertirse en Leonor. Pegada en todo momento a una sonrisa magnética, reconoce que siempre ha sentido envidia por aquellas personas que han tenido una vocación muy clara. No es su caso. Desde pequeña supo que sus padres no concebían que un hijo no estudiara una carrera. Su padre era economista y su madre cursó Humanidades en la Sorbona. En su familia habitan médicos, abogados, ingenieros, biólogos y ella enseguida se dio cuenta de que quería ser arquitecta, abogada, policía ... pero sin estudiar arquitectura ni leyes. Lo que realmente le atraía a Leonor era interpretar ese papel.
Y en la interpretación y en la música se ha forjado. Como actriz ha trabajado bajo las órdenes por ejemplo de directores como Pedro Almodóvar o Isabel Coixet. La hemos visto en la pequeña y en la gran pantalla pero no interpretando un papel en los teatros pese a que una lesión cuando bailaba de joven la derivó a esa disciplina sin mucha actividad.
Esta madre de dos hijos nunca deja de soñar pese a que en ocasiones su pareja entre en pánico por la dimensión de sus sueños. No deja de soñar ni de hacerse preguntas. En los bares Leonor escribe, escucha, mira. Observa. Quizás creó este habito después de lo que le dijo un amigo: “para saber cómo es alguien, más que lo que dice, mira lo que hace”.
Leonor ha estudiado chelo, piano y bajo. Se apasiona siempre que habla de música y confiesa que lo que más le frustra es no poder entender bien un instrumento con la misma naturalidad con la que canta con Marlango.
Iñigo mientras estudiaba Filosofía escuchó la llamada de la música y decidió ingresar en una universidad de Salzburgo para comenzar los estudios de Dirección de Orquesta. Se dio cuenta de que prefería interpretar textos de Bach que de Platón. En el arte encontraba más respuestas. Para este joven compositor y fundador de la Orquesta Académica de Madrid, la música es mucho más que una pasión y una profesión. Es una herramienta que nos ayuda a sacar lo mejor de nosotros mismos. Quizás por eso, nada más abrir su libro Inteligencia musical el lector se encuentra con el siguiente proverbio hindú: las cosas importantes de la vida no son cosas.
O quizás por eso nunca olvida el mayor éxito de la carrera de su padre, también director de orquesta. La noche en la que tras un gran concierto del Réquiem de Mozart se le acercó una persona del público y le dijo: “Gracias, maestro porque después de su interpretación he decidido rehacer mi vida”.
Siendo bilbaíno, sorprende su humildad si uno se deja llevar por la fama popularmente otorgada a quienes han nacido en esa ciudad. Si Leonor ha cultivado el hábito de observar, Iñigo ha hecho lo propio con el de escuchar. Para él, deberíamos dedicar más tiempo a escuchar y a escucharnos.
Hoy, Leonor e Iñigo coinciden en torno a un micrófono para escuchar, para mirar, para observar, para dialogar. Para soñar.
'DIÁLOGOS' VERANO 2021
John Carlin y Carles Casajuana, en ‘Diálogos’: el sentido del humor como filosofía de vida