Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
La vida de Josef empieza cuando recibe su nota de Selectividad. El escritor y conferenciante que defiende la necesidad de que nos enseñen a perder, se convertía en el único de 200 alumnos en suspender la prueba. Todavía recuerda ese bache. También la primera vez que cobró un talón con 21 años por valor de 6.000 euros. Desde pequeño sabía lo que quería hacer. No le gustaba estudiar, así que dejó la universidad para dedicarse a la Bolsa. Y en ello está este bróker profesional desde hace dos décadas. Desde esa fecha, crecen juntos el Josef de la Bolsa y el de la imagen, el de los tatuajes. El primero que se hizo fue un sol en el ombligo, luego un número Pi hasta que en 2006 llegaron los de la mano derecha.
En su web, se define como un tipo afortunado pero puntualiza: eso no está necesariamente asociado a la suerte. Confía más en la disciplina que en el azar.
Nacido en Barcelona, de ascendencia Siria, vive entre dos mundos opuestos pero que cuyas sensaciones las lleva al límite. El deporte lo toma como un hobby pero se apunta a las pruebas más exigentes del ultrafondo. A su abuelo le debe la iniciación a la bicicleta. A su abuelo y a Miguel Indurain. Josef era capaz de irse hasta los Pirineos para verle pasar y después, volverse a casa.
Le gusta viajar y es muy activo en redes sociales. Las mismas que en 2011 le sorprendieron. Tras aparecer unos minutos en un programa de televisión nocturno pasó de 5.000 a 37.000 seguidores. Juanma Castaño reconoce que le sorprenden los comentarios positivos en Twitter. Este orgulloso gijonés vuelve a casa a las 2 de la madrugada. Minutos después de que la luz roja del estudio principal de COPE se apague.
Juanma defiende que la buena radio deportiva no es la que hace más entrevistas. Para él, una buena radio puede ser una buena tertulia, un buen comentario, una buena crítica. Y en la radio ha vivido su programa más duro cuando el 27 de febrero de 2018 fallecía su amigo Quini, con el que solo un año antes había estado en el Teatro Jovellanos haciendo ‘El Partidazo’.
Curtido también en la televisión, la radio es su vida pese a que su padre se empeñó sin éxito en que se matriculara en Derecho. Esa radio a la que llamaba con solo 9 años para entrar en antena. Esa radio a la que un día escribiendo en una revista del colegio, tuvo que ir para conseguir el teléfono de Abelardo y en ella le dieron la primera oportunidad.
Juanma prefería narrar los partidos de sus amigos antes que jugarlos. En este medio, reconoce por ejemplo que de Pepe Domingo Castaño ha aprendido que hay que llevar al directo la alegría que tienes en la vida y que el oyente lo debe percibir. En las entrevistas no se calla. Pregunta lo que tiene que preguntar. Y repregunta. En un mundo de egos, Juanma transmite humildad y en muchas ocasiones su mirada adelanta lo que después dirá.
Juanma y Josef. Los dos son padres y hoy se sientan juntos para mirar de frente a la vida.