EN 'EL ESPEJO'
Los obispos de EEUU, contra el pecado que divide a la familia humana
Los obispos estadounidenses han escrito una carta denunciando este mal, ante la reaparición de la xenofobia y el miedo al inmigrante.
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Los obispos de los Estados Unidos han publicado una dura carta en la que denuncian que, a pesar de los progresos realizados en los últimos años, el racismo infecta todavía aquella nación.
La carta se titula “Abramos nuestros corazones”, y es la primera de este tipo en los últimos cuarenta años. El motivo es la grave preocupación de los obispos ante el deterioro de la situación y los episodios de violencia racista y xenofobia que han vuelto a aparecer en la sociedad americana en los últimos años. El texto, elaborado por la Comisión contra el racismo instituida por la Conferencia Episcopal el pasado agosto, afirma que el racismo es un pecado que divide a la familia humana y viola la dignidad de quienes son hijos del mismo Padre.
Los obispos advierten que este mal perdura en la entraña profunda de la sociedad, a pesar de los avances legales y de los cambios aparentes de la sociedad. Y del mismo modo que han hablado con vigor contra el aborto y la eutanasia, subrayan que el racismo es también un ataque contra la vida humana.
En este sentido condenan las graves discriminaciones contra las minorías afroamericanas, hispanas y también musulmanas que se producen con abominable frecuencia en varias partes del país. Además ven con aprensión que una ideología nacionalista extrema está alimentando el discurso público con una retórica que instiga el miedo a los extranjeros, a los inmigrantes y a los refugiados, grupos a los que con demasiada facilidad se identifica como criminales o se les considera indignos de los beneficios sociales.
Los obispos insisten en que el racismo es un problema moral que, además de medidas políticas y legislativas, requiere una respuesta de carácter moral, una transformación del corazón humano que nos impulse a actuar. Por eso el documento exhorta a las parroquias y comunidades religiosas a emprender iniciativas de carácter educativo, a profundizar teológicamente en este tema y a abordarlo en la predicación cotidiana.