La realidad de las mujeres en el sudeste asiático, "si siguen en edad fértil son revendidas"
Patricia Garrido lucha junto a Manos Unidas por acabar con el tráfico de personas en un país donde el valor de la vida no existe
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Imagina que conoces a una persona a través de las redes sociales y crees haberte enamorado de ella a través de la pantalla del ordenador. Cuando llega el momento de verse cara a cara todo resulta ser una trampa. La persona no es la que habías visto en las redes, lo prometido no era real y te ves envuelto en una pesadilla. Ahora tu vida ya no es tuya, ahora tienes un precio y tu cuerpo va a ser comercializado por una red de tráfico de seres humanos.
¿Suena a película de ficción verdad? Pues es la realidad que viven cada día los niños del sudeste asiático, especialmente las mujeres. Las redes sociales son uno de los principales canales para captar víctimas de trata.
Patricia Garrido ha visto de cerca estas situaciones, ha podido conocer de primera mano cómo esas niñas eran comerzializadas como si fuesen un objeto. Patricia es coordinadora de proyectos de Manos Unidas del sudeste asiático y juntos denuncian y luchan por acabar con esta lacra que es la trata de personas.
Patricia habla de una nueva tendencia en el país como es el "tráfico de novias" hacia China. Se trata de la venta de chicas que continúan en edad fértil y son revendidas por sus maridos a otras familias o burdeles para poder seguir procreando. El principal problema de este fenómeno es la pobreza, una pobreza extrema en un país que conduce a la trata de seres humanos, donde el valor de la vida es de cero.
Puedes tener buena suerte y que tu familia te protega o puedes encontrarte con ONG como Manos Unidas que llevan a cabo diferentes trabajos como son la detección de estas redes de tráfico en un país donde las leyes son complejas. Por lo que la lucha contra ello también lo es.
La responsbale de proyectos de Manos Unidas en el sudeste asiático recordaba unas palabras del Papa Francisco sobre este problema y es que "la economía mata". El afán por el dinero a cualquier precio.
También la situación generada a causa de la pandemia preocupa a Manos Unidas porque el confinamiento ha aumentado el número de personas secuestradas en contra de su voluntad. Patricia afirmaba que "cientos de mujeres se han quedado encerradas y abandonadas en los prostíbulos de Tailandia.
La trata de personas tiene nombre de mujer, pero Patricia contaba una de sus experiencias no hace mucho tiempo, donde en una región del país una red solicitaba niños al quedarse sin ellos por la demanda del "turismo homosexual". Una barbarie que en pleno siglo XXI tengamos que hablar de "demandar" personas. Garrido ponía un triste ejemplo, "si te apetece una chica somalí te la llevan a un prostíbulo para atender a quien lo desee".