Un cambio de mentalidad en Pekín gracias a la Santa Sede

El profesor Liu Guopeng, miembro de la Academia China de Ciencias Sociales, ha explicado al portal Vatican Insider que en los años cincuenta del siglo pasado existió un proyecto para crear una Iglesia nacional china separada de Roma. Y para eso se llegó a invitar al obispo de Nanchang, Zhou Jishi, a asumir el encargo de ser “Papa” de China. Él se negó, y finalmente esta idea fue desechada.

Ahora el Acuerdo provisional firmado con la Santa Sede el 22 de octubre de 2018, han reconocido el papel del Papa en el nombramiento de los obispos, y eso archiva definitivamente la idea de crear una Iglesia china nacional. Después de casi 70 años de relaciones difíciles por las dos partes, el Gobierno chino ha reconocido el primado del Papa, y esto implica reconocer que los católicos chinos están en plena comunión con él, y también con todos los católicos y todas las Iglesias locales del mundo”. Esto ha sido posible porque el Gobierno chino ha entendido que la Iglesia tiene una naturaleza propia, diferente de las instituciones políticas. De hecho, es la primera vez que firma un acuerdo de este tipo con una autoridad religiosa.

Este académico reconoce que parece una contradicción que mientras se firma el acuerdo con la Santa Sede aumenten los controles y se apruebe una legislación más rígida para regular las actividades de las comunidades religiosas. Sin embargo, no se puede esperar un desmantelamiento radical del sistema que regula la política religiosa en China de la noche a la mañana. El gobierno sigue primando la estabilidad social y no quiere que los grupos religiosos se sustraigan a las normas. La novedad es que ahora reconoce a la Santa Sede como un interlocutor autorizado, y muchos problemas podrán encontrar solución a través de un diálogo que desde luego no será sencillo.