EN 'EL ESPEJO'

Janeth Aguirre explica cómo ayudan a las mujeres de Malí a combatir las consecuencias del cambio climático

Manos Unidas denuncia las consecuencias que el deterioro medioambiental tiene sobre millones de personas pobres y vulnerables.  

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Janeth Aguirre explica cómo ayudan a las mujeres de Malí a combatir las consecuencias del cambio climático

Amparo Latre

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

La nueva campaña de Manos Unidas lleva como el lema “Quien más sufre el maltrato al planeta no eres tú”.

Centrada en denunciar las consecuencias que el deterioro medioambiental tiene sobre millones de personas pobres y vulnerables, también sirve para apoyar proyectos destinados a que las comunidades se adapten a los cambios medioambientales y para ayudar a las personas que tienen que emigrar como consecuencia de la crisis climática.

En los países que más sufren las consecuencias del cambio climático cuentan con el apoyo de personas como la hermana Janeth Aguirre, misionera franciscana en Malí, que trabaja principalmente con mujeres. A ellas les brindan apoyo y formación para que puedan tener un oficio con el que ganarse la vida y sacar adelante a sus familias.

Janeth Aguirre ha contado que en Mali las chicas a partir de los 8 años dejan la escuela y se van al mercado a vender o al río a sacar arena. Trabajos muy duros y muy pesados, que durante años no tenían una alternativa.

"Desde que hace quince años empezaron a trabajar con Manos Unidas se empezó a ofrecer a la mujer capacitación en temas de salud, de promoción humana y sobre todo en economía familiar. Se les enseñan costura, ganchillo, peluquería o cocina. Oficios que les generan los beneficios que necesitan para sacar adelante a sus familias y que también hacen que mejore su posición en la sociedad y que tengan trabajos más dignos".

En estos años trabajando con las Misioneras Franciscanas en Mali ha habido tres momentos muy importantes. Una primera fase en la que se ofrecía formación a las mujeres de manera informal. Un segundo momento en el que se construyó un Centro de Formación Multiprofesional reconocido por el Estado, con un titulación oficial. Y la fase actual en la que se está ofreciendo formación a las mujeres de poblados más alejados, atendiendo de una manera especial a aquellas que están embarazadas.

"Estar cerca de las mujeres embarazadas nos ha hecho ver que existe un problema de malnutrición porque no hay agua para cultivar, los pozos se secan y los niños solo se alimentan de grano. Las mujeres nos piden que 'hagamos llorar la tierra'. Es decir que construyamos pozos con bombas mecánicas que garanticen el agua potable que puedan beber los niños y sirva para cultivar. De esta manera se revierte totalmente el proceso tan duro de desertificación a causa de la sequía".