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La alabanza de Antonio Lobato a Max Verstappen tras el Gran Premio de Brasil: "La mayor exhibición"

En 'El Soufflé' de 'El Partidazo de COPE', Antonio Lobato analizó la victoria de Max Verstappen en el Gran Premio de Brasil. 

Max Verstappen dentro de su vehículo
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Redacción Deportes

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El triple campeón del mundo neerlandés Max Verstappen (Red Bull), que se exhibió el domingo con la lección magistral de pilotaje y garra con la que se anotó el Gran Premio de Sao Paulo (Brasil) -el vigésimo primero del año-, puede dejar resuelta matemáticamente la consecución de su cuarto título seguido en la próxima prueba. Dentro de tres fines de semana. En Las Vegas (EEUU). Donde ya será campeón siempre y cuando el inglés Lando Norris no le recorte tres puntos en la general. “Es un 'matchball', pero no es un 'matchball' facilón”, dijo Carlos Miquel. 

Esta carrera tanto para Antonio Lobato como para Carlos Miquel es “la mayor exhibición de Vertappen”. Aunque “Tuvo un golpe de suerte porque sin la bandera roja no hubiera ganado. Pero también hay que buscar la suerte, ¿no? La suerte favorece muchas veces a los osados”, dijo Lobato.

Verstappen, de 27 años, que había ganado siete de las primeras diez carreras del año, pero ninguna de las diez siguientes, puso fin al debate y a las dudas con una victoria más que contundente en Interlagos. Donde festejó, al fin, su octavo triunfo del curso y el sexagésimo segundo en la categoría reina; en la que -sin contar las pruebas sprint- no se había impuesto desde el pasado Gran Premio de España, en junio y en Montmeló (Barcelona).

El sábado, Norris -tres años más joven que él- le había recortado tres puntos al ganar el sprint, que el astro neerlandés concluyó cuarto. Y en la calificación, aplazada al domingo, el británico firmó su octava 'pole' en la F1; al tiempo que el líder quedaba eliminado en la Q2, la segunda ronda de la cronometrada principal, con el duodécimo crono.

Añadiendo a ese resultado la sanción de pérdida de cinco puestos en parrilla -por haber efectuado nuevos cambios en la unidad de potencia de su RB20- Verstappen tomaría la salida decimoséptimo: dieciséis puestos por detrás de su teórico principal rival.

Norris, con un coche claramente superior en el segundo tramo del campeonato, afrontaba la carrera a 44 puntos en la general, por lo que (en el hipotético caso de que se hubiesen mantenido esos puestos) se hubiese podido acercar a 19 -o incluso a 18-.

El Mundial podía quedar claramente abierto, a falta de otras tres carreras y un sprint -el de Qatar, penúltima prueba de un campeonato que se cerrará el 8 de diciembre en Abu Dabi-. Y ésa era la sensación antes de que comenzase la tan caótica como espectacular carrera de Brasil.

Pero Verstappen fue más 'Mad Max' que nunca. Sacó al genio y al súper-depredador deportivo que lleva dentro. Y no sólo disipó cualquier tipo de duda; sino que le asestó un duro golpe psicológico al joven talento de Bristol; que acabó completamente desquiciado una carrera en la que no pasó del sexto puesto mientras que el astro neerlandés completaba la obra maestra con el punto extra que otorga la vuelta rápida. Redactando toda una declaración de principios: en la F1 sigue mandando él.