Llevas toda la vida hablando como los romanos de hace 2.000 años y (seguramente) no lo sabías

Paco Álvarez, historiador y divulgador, pasa por Fin de Semana con Cristina para volver a demostrar que somos más clásicos de lo que nos pensamos

Cristina L. SchlichtingMiguel Soria

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Viene por Fin de Semana con Cristina un romano de Madrid que siempre nos intenta convencer de que somos romanos en muchas cosas de las que todavía hacemos. Y hoy nos pretende convencer de que la mitología sigue presente en nuestra forma de hablar. Él es Paco Álvarez, autor entre otros libros de romanos, de “Mitomorfosis”, asegura que la mitología, eso tan antiguo, griego y romano, sigue presente en nuestro idioma: “Tirando del hilo descubriréis que estáis de acuerdo conmigo. Tirar del hilo, por ejemplo, viene del mito del Minotauro y del hilo de Ariadna, del que había que tirar para poder salir del laberinto”.

Bueno, habrá una o dos expresiones, pero eso de la mitología, ya está pasado de moda ¿no?, ya nadie cree en ella… o sí: “No, ya no creemos en los mitos, pero todavía nos ‘quedamos de piedra’ como si nos hubiera mirado medusa cuando recibimos, por ejemplo, una carta de Hacienda, o sabemos cuál es nuestro ‘talón de Aquiles’ o escuchamos ‘cantos de sirena’ cuando nos quieren convencer de algo que no es bueno para nosotros, o también nos ponemos ‘hechos un basilisco’, cuando nos enfadamos, o decimos que conseguir hacer tal trámite ‘ha sido una odisea’ o nos ‘hacemos eco’ de una noticia que hemos escuchado… Eco era una ninfa que como iba de lista y de sapientilla, fue condenada por Juno a no poder decir nada original, sino a repetir la última parte de las frases que dijeran los demás”.

Pues sí que hay expresiones mitológicas, pero las utilizamos sin conocer su significado, como explica Paco: “A veces sí, pero siempre en el mismo sentido, porque en el fondo, algo sabemos de todos los mitos. Todos sabemos que la música amansa a las fieras, aunque eso era sólo la música de Orfeo, o decimos que has tenido un flechazo, como si creyéramos en Cupido, o si decimos que alguien está echado la siesta, está en brazos de Morfeo, o cuando vemos el cuarto de nuestros hijos decimos que está hecho un caos, si alguien persigue algo difícil decimos que persigue una quimera, aunque esté hecho un Hércules”.

Puede que no nos hayamos dado cuenta de que son un montón: “Más de las que nos daría tiempo a mencionar hoy, como decir que hay miradas que matan, como era la del basilisco ya mencionado o que tal persona es una arpía, o cuando se lía parda decir que se lio la de Troya y a veces tenemos pánico, sentimiento que viene del dios Pan también conocemos personas narcisistas, enamorados de sí mismos, como le ocurrió a Narciso, por lo que fue condenado a ser una planta que vive en los lagos, gente que se cree el ombligo del mundo, que era una piedra que había en Delfos, en el oráculo”.

¿Y además de frases hay también palabras que seguimos utilizando que tengan origen mitológico? “Pues sí, muchísimas”, relata Álvarez, “desde algo tan típico como decir que algo tiene cierre hermético, palabra que viene de lo inextricables misterios de Hermes, también padre junto con Afrodita de Hermafrodita, una persona que era hembra y varón a la vez, y de su madre viene la palabra afrodisiaco; o Faro, la palabra que denomina a los de los coches y a los faros que guían a los barcos tiene su origen en que el timonel del barco de Ulises se llamaba así, Faro y fue enterrado en una isla frente a Alejandría, donde luego se construiría esa torre que fue el primer faro, maravilla de la antigüedad, Museo, es donde se reunirían las musas, Atlas antes de ser un libro de mapas fue un rey de Libia, los juegos olímpicos se siguen llamando así por los dioses que vivían en el Olimpo”.

Pues sí que parece que sabemos más de mitología de lo que parece, pero tiene que seguir viniendo para convencernos del todo en eso de que seamos todavía, tan clásicos, tan romanos: “Vuelvo pronto, y muchas gracias, expresión que tiene que ver con las tres Gracias mitológicas”.