Un misil balístico cayó a pocos metros de la casa de esta mujer en Odessa, Ucrania: "Te sumerge en un estado de profunda angustia"

Tras la autorización de EEUU a Ucrania para que utilice sus misiles de largo alcance contra Rusia, analizamos la situación en el terreno con Olena Zaliesnova, ucraniana residente en Kiev, y con Tatiana Kolyabenkova desde Odessa

Redacción Fin de Semana

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

      
      
             
      

Esta semana se han cumplido 1.000 días del comienzo de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Y en los últimos días el escenario se ha agravado. El presidente saliente de los EEUU, Joe Biden, autorizaba al dirigente ucraniano, Volodimir Zelensky, a emplear misiles norteamericanos contra Rusia.

La respuesta de Putin no se ha hecho esperar: ha ordenado lanzar un misil de nueva generación sobre territorio ucraniano, un gesto que ha puesto a la OTAN en alerta. La amenaza de un posible ataque sobre Kiev obligaba a las embajadas de EEUU y España a cerrar sus puertas. 

En Fin de Semana hemos saludado a Olena Zaliesnova, residente en Kiev, que explicaba que tras más de dos años de conflicto el pueblo, aunque cansado, no desiste: "Es una guerra por la existencia: si dejamos de resistir desaparecemos como pueblo. Eso te da fuerzas para seguir porque no sabes qué te espera mañana". 

En la capital ucraniana, compartía Zaliesnova, la situación está más controlada al haber más defensa militar: "Han vuelto a aparecer los cortes de electricidad. Tenemos horarios especiales de luz, pero ya estamos acostumbrados porque tenemos cosas que nos facilitan la vida sin luz".

Rusia, en palabras de Zaliesnova, quiere volver al pasado, "buscan hacer renacer el Imperio y no se les puede convencer de ninguna forma. Y quieren devolvernos al siglo XIX". 

EL HIJO Y EL HERMANO DE OLENA, EN EL FRENTE: "Me da igual vivir sin luz cuando sé las condiciones en las que están allí"

El hijo y hermano de Olena están actualmente en el ejército: "Mi mitad de corazón ya se destruyó. Vivo con mi nuera y mis dos nietas (...) Cuando empezó la guerra, con la amenaza a la capital, mi nuera marchó a Alemania con las niñas. Luego han vuelto y están las niñas sin padre. ¿Puedes imaginar una familia joven, con sus planes de vida, estando separados durante tanto tiempo y con este riesgo de perder unos u otros? Me da igual vivir con o sin luz. Yo sé qué condiciones tienen allí (en el frente)".

      
             
      

Me da mucho miedo Trump: es una persona narcisista e imprevisible. Nadie sabe cómo va a actuar. ¡Ni siquiera él!"

Olena Zaliesnova, residente en Kiev

Madre y hermana de militares ucranianos

Preguntada sobre la reelección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, Olena reconocía sentir miedo: "Es una persona narcisista, imprevisible. Nadie sabe cómo va a actuar, ¡ni él mismo lo sabe! Me da miedo el futuro que nos depara, no solo a nosotros, sino a todo el mundo". 

Al sur de Kiev, dónde reside Olena, se encuentra la ciudad de Odessa, urbe que recibe ataques desde territorio ruso prácticamente a diario. En esta urbe, muy cerca de la universidad, vive Tatiana Kolbayenkova que, en Fin de Semana, reconocía haberse acostumbrado a la delicada situación: "A veces ya ni me despierto. Me doy cuenta de que hay explosiones y tiroteos cuando me despierto y me lo cuenta mi marido". 

Y eso que hace unos días, un misil balístico de largo alcance cayó apenas a cien metros de su residencia: "Es una experiencia aparte. La sensación cuando ves a la gente ensangrentada por la calle, salvando sus pertenencias que no se han quemado, es un horror el llorar de los niños, el sonar de las sirenas de las ambulancias, de bomberos... te sumerge en un estado de profunda angustia. Es muy duro ver a la gente sufrir con tus propios ojos. Y luego vas a tu casa, ves que tienes las ventanas intactas, que se ha caído algo del techo... y no pasa nada". 

      
             
      

El misil en cuestión cayó en medio de un barrio residencial, a cierta distancia de la Universidad en la que Tatiana ejerce como profesora: "Había grietas en las paredes del centro. Los compañeros que vivieron el impacto del misil desde el refugio del edificio, cuentan que el edificio se estremeció como si hubiera un terremoto". 

Relataba Tatiana la extraña sensación con la que conviven ella y otros muchos conciudadanos tras más de 1.000 días de guerra: "Por un lado te acostumbras. Te parecen habituales algunos sonidos. Cuando suena una explosión, cuando la escuchas, quiere decir que no te ha tocado a ti... es una sensación rara. Por otro lado (...) se está acumulando el estrés. Los primeros días de la guerra entendías, pero no sabías como vivirlo. Ahora, todos hemos vivido explosiones, pérdidas, cristales rotos, manos y caras heridas... y cada vez tienes más miedo y angustia. Creo que tras la guerra, o incluso ahora, los psicólogos tendrán que trabajar de sol a sol". 

"Putin es un suicida. Pero sus aliados tienen líneas rojas"

Preguntada por la decisión de Biden de autorizar a Ucrania a emplear sus misiles contra Rusia, y la respuesta de Putin lanzando material hipersónico, Tatiana era clara: "Putin es un suicida. No dudaría en apretar el botón del Día del Juicio. Pero tiene sus aliados, que tienen líneas rojas. Según comentan los expertos, Putin habría recibido opiniones de la India o de China sobre la eventual idea de lanzar una pequeña guerra nuclear en el territorio Ucrania. Y perdería esos últimos aliados. Eso quiere decir que Rusia amanecerá sola y expuesta a la aniquilación por parte del mundo entero".