Una mujer de Madrid recibe a su hija en casa y la noticia que le da le hace recordar el suceso que le paralizó 17 años antes: "Desaparecido"
Susana, protagonista de esta historia, ha contado en 'Fin de Semana' cómo fue aquel momento, que dejó impactado y conmovido a todo el equipo del programa
Madrid - Publicado el - Actualizado
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No solo son beneficiosos, sino también fundamentales. El ser humano necesita abrazar y recibir abrazos. Algunos son afectivos, cordiales, pero los mejores son aquellos en los que nos sentimos a salvo, reconfortados. Aquellos que recibimos después de una mala noticia o incluso aquellos después de una muy buena noticia.
En 'Fin de Semana' preguntamos por el abrazo más bonito de la vida de los oyentes y de entre todas las respuestas hubo una en particular que dejó al equipo paralizado, impactado y absolutamente conmovido, ya que no se trataba de un abrazo como otro cualquiera, sino de esos escenarios que te cambian la vida. Y en este caso, le cambió la vida así a Susana, una vecina de Madrid, y a toda su familia, que después de 17 años parecía que podía vislumbrar algo de luz al final del túnel.
EL ABRAZO QUE MÁS CONMOVIÓ A SUSANA Y SU MADRE
El domingo pasado, Susana contó que el abrazo que más recuerda lo dio y lo recibió en el mismo momento y fue con su madre después de que su hermano mayor llevara 17 años desaparecido. Hasta que volvió a casa.
"Fue a casa de una tía mía; esa tía mía me llamó, pude hablar con mi hermano y le fui a dar la noticia a mi madre", contó esta oyente. "Me abrió la puerta, yo estaba enfadada con ella porque el día anterior, que era el día de Navidad, no quiso venir a casa a celebrarlo. Me abrió la puerta dormida y le dije, venga, arréglate que te están esperando. Me dijo, ¿quién me espera? Le dije, tu hijo. El abrazo que me dio, inolvidable", concluyó.
Una historia por la que este sábado hemos querido preguntarle a ella, a Susana. Hemos podido saber que detrás de esta desaparición de 17 años hay toda una historia de dificultades personales y de alcoholismo. No obstante, el ser humano no deja de serlo y la familia lo será siempre, lo queramos o no. Y en este caso, un reencuentro tan emocionante no podía pasar desapercibido.
Ahora Susana tiene 60 años, su hermano 62.
"Fue tremendo", ha admitido. "También te tengo que ser sincera. En casa se vivió por dos partes. A mis padres les vi envejecer en una semana directamente. La vida se paralizó en casa, todo se paralizó. Pero también tengo un hermano más pequeño, le llevo 12 años. Nos sentimos un poco solos, porque todo giraba en torno a una persona que voluntariamente se había ido", ha relatado Susana.
EL REGALO DESDE JERUSALÉN QUE LES INDICÓ QUE SU HERMANO DESAPARECIDO ESTABA VIVO
Susana ha contado que durante aquellos 17 años tuvieron indicios de que estaba vivo. "Nos llegó una vez desde Jerusalén, desde una tienda de antigüedades, en una cajita, era como una barrita de metacrilato que acababa en una figurita. Y todo venía muy envuelto en una cajita", ha confesado.
"Mi padre, en vez de decirme lo que hemos recibido, me dijo, "mira lo que nos han traído". Y le dije, "es su letra". No venía remitente, pero venía la persona que lo recibía y era su letra. Me dijo, no te lo quiero decir para no coaccionarte, pero lo era. Pero no venía con nada". Por aquel entonces ella tenía 20 o 21 años y las cosas eran muy diferentes a como lo son ahora. Se pusieron en contacto con la tienda a través de la Embajada, pero al final "allí no estaba o dijeron que no estaba".
Su hermano recorrió el mundo. Roma, Canadá, Estados Unidos, países caribeños... y cuando pensó que había superado la adicción, volvió a casa.
"Cuando yo llegué a casa, mi madre se puso contenta, acababa de volver a gritos. Mi padre también estaba en casa, estaba durmiendo y cuando entré a la habitación ella salía y su abrazo también fue maravilloso. Los de las madres son especiales, pero el de mi padre fue también inolvidable", ha relatado esta oyente de COPE.
Rápidamente fueron a verle a casa de su tía. "Yo dejé a mis padres que subiesen ellos solos, para que tuviesen ese momento de intimidad con su hijo después de tanto tiempo, que tampoco sabíamos qué nos íbamos a encontrar. Y mi tía afortunadamente pensó lo mismo", ha contado.
Allí estuvieron un rato y después le tocó a ella. "Me encontré una persona muy mayor, porque si tú vives con alguien le ves envejecer día a día y está claro que no lo notas, pero tantos años después, maltratado por la vida, una persona que ha vivido en la calle prácticamente siempre... Y mi idea fue darle un abrazo, pero él no te responde ese abrazo, no sabe, no sabe. Su vida ha sido muy dura, a día de hoy pasa igual, no tiene ese cariño, digamos", ha concluido esta oyente emocionada.