La Esquina del Misterio: podremos viajar a la estratosfera parar admirar nuestro planeta

Vuelve la sección a Fin de Semana con Cristina para profundizar en aquellos interrogantes que nos asombran y arrojar un poco más de luz sobre ellos

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

La Esquina del Misterio’ es ese espacio en Fin de Semana con Cristina en el que nos acercamos a las grandes mentes científicas para que nos ayuden a entender los misterios que seguimos teniendo a día de hoy, que son muchos, y arrojar luz sobre ellos.

En esta ocasión recordamos ‘Ad Astra’ y su futurista viaje espacial con turistas que va a la Luna, la cual está colonizada y hay incluso centros comerciales.

Ahora imagínate entrando en una cápsula espacial. Te abrochas el cinturón y se eleva. Subes hasta 40.000 metros y eres capaz de ver la curvatura de la Tierra. Y tras tiempo admirando nuestro querido planeta, vuelves a él.

Lo que ahora es un sueño y parece de ‘Ad Astra’, ‘2001: Una odisea del espacio’ o ‘Interstellar’, grandes películas de ciencia ficción, va a ser realidad gracias a una empresa española: EOS-X Space.

Su idea es llevar una cápsula de cinco pasajeros a una altura de 40 km y que puedan admirar el indescriptible paisaje. Como nos ha dejado deslumbrados hemos hablado con sus responsables: Kemel Kharbachi es fundador de EOS-X Space, la empresa que lo va a hacer posible.

Kemel ha explicado a Cristina que ellos ofrecen, “desde hace varios años y desde nuestro centro tecnológico, la aceleradora que impulsa todo el proyecto, esta idea que es subir en globo hasta los límites de la atmósfera, hasta la frontera del espacio. Lo que hicimos es ver y recordar el salto de Felix Baumgartner en 2012, que subió a una altura de 39 km desde una cápsula con un globo y vimos que había una posibilidad de que una cápsula presurizada impulsada por un globo de helio pudiese llegar a esta altitud, y en esa cápsula pudiera haber pasajeros turísticos, entrar en la carrera espacial”.

Dicha carrera tiene más “jugadores” en ella, como Blue Origin, Space X o Virgin Galactic, “que están desarrollando su programa de ‘space tourism’. Nosotros vimos nuestra posibilidad, lo presentamos a un grupo de ingenieros, a nuestro equipo de I+D+I durante este último año, y a raíz de ahí lo llevamos a una gran consultora ‘partner’ nuestra, ‘Arthur D. Little’, una de las más grandes a nivel de innovación y estrategia, sobre todo especializada en todo lo que tenga que ver en el espacio, de hecho ayudaron con el programa Apollo XI, y además trabajan con la NASA y la Agencia Espacial Europea. A raíz de ahí nos presentamos a un programa que ellos tienen y, a nivel global lo analizaron dentro de lo que es el equipo que ellos tienen de ‘aero space’ y vieron que era un proyecto bastante viable y nos pusimos en marcha”.

La tecnología que usamos no es para nada disruptiva”, asegura Kemel, que detalla que “está totalmente probada como un globo de helio subiendo una carga a una altitud de 40 km. La idea fue, precisamente, crear una cápsula presurizada, como si vas en un avión, de hecho puedes ir en manga de camisa, no necesitas un traje espacial, aunque en la experiencia completa vamos a tener unos trajes específicos para los turistas espaciales además de una serie de materiales sostenibles”.

Al ser un globo de helio la velocidad de ascenso no es la de un cohete, como explica Kemel: “Vamos a 18 km/h, la duración en altitud hasta que llegamos arriba es de dos horas y media, una experiencia magnífica y sin ningún reactor ni fuerza G. El viaje entero dura cuatro horas y media, pero lo inédito es que estamos una hora u hora y media a 40km de altura en velocidad crucero donde, obviamente, los pasajeros podrán divisar en 360º la curvatura de la Tierra y luego el descenso es media hora. Lo que hacemos es soltar el globo de helio hacia una bajada, luego se abre un primer paracaídas, todo con triple seguridad”.

Al no salir de la curvatura del planeta “no hay riesgos de chocar con objetos espaciales, nos quedamos en la estratosfera. El globo se irá hinchando y, una vez que llega al objetivo, tenemos la parte de descenso. La basura espacial está mucho más arriba”, explica Kemel.

En caso de tormentas y vientos “no podemos subir, tenemos controles constantes. De hecho donde vamos a tener las bases tenemos una previsión meteorológica excelente, obviamente será del día antes. Si hay temporal no subiremos, claro”.

Por supuesto el coste es elevado: 150.000 euros la experiencia completa: “No es solo la subida, el cliente cuando cierra el ticket incluye el diseño personalizado, ponernos en contacto con él una semana antes del viaje, le enviamos toda la información, va al aeropuerto, le recogemos en helicóptero, va al campamento base y allí hay un complejo espacial donde le van a preparar”.

Kemel también detalla que “ha habido pruebas no tripuladas, los primeros vuelos van a ser no tripulados y, a finales del año que viene, ya subirán pilotos especializados para experimentar las pruebas técnicas. En 2023 empezaremos los vuelos turísticos”.

Herrera en COPE

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Con Carlos Herrera

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