Cristina L. Schlichting: "Los golpistas seguirán en la cárcel, pero a Marchena le esperan días amargos"

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Buenos días España, entre diez y quince años de prisión para los golpistas de octubre de 2017. El Tribunal Supremo hará pública mañana la condena por este delito de nueve de los doce acusados por el desafío independentista que culminó con la ruptura con el Estado en el Parlamento Catalán. Oriol Junqueras, exvicepresidente de la Generalitat, los ex consejeros Joaquim Forn, Jordi Turull, Josep Rull, Dolors Bassa y Raul Romeva; la ex presidenta del Parlamento Carmen Forcadell y los dirigentes de las entidades soberanistas Jordi Cuixart y Jordi Sánchez sufrirán penas de entre diez y quince años de prisión e inabilitación absoluta para ejercer cualquier cargo público.

La sala presidida por el juez Marchena, desvelará por unanimidad que los acusados cometieron sedición, es decir, que se alzaron pública y voluntariamente para impedir la aplicación de las leyes. Los jueces rechazarán el delito de rebelión que pedía la fiscalía y que entraña romper con violencia el orden constitucional.

El tribunal asume la petición de la abogacía del Estado que tras la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno, cambió de criterio jurídico y pidió sedición en lugar de rebelión.

Así mismo, los jueces condenarán a varios de los acusados por malversación de fondos públicos para llevar a cabo la sedición, utilizaron dinero público. A su vez, y según fuentes de toda solvencia, los ex consejeros Jaume Vila, Maritxell Borrás y Carles Mundó, serán condenados por desobediencia y serán absueltos de malversación.

La sala prevee también desoir la petición fiscal de que los penados no puedan acceder al tercer grado tras un plus de la mitad de la condena.

Haciendo una estimación chapucera y puesto que lleva dos años en la cárcel, Oriol Junqueras, por ejemplo, si es condenado a diez años podría salir dentro de tres. Crucial en la decisión ha sido la consideración de que la violencia no era uno de los objetivos del procés en sí, los abogados de los acusados han amenazado con recursos al constitucional y al Tribunal de derechos humanos de Estrasburgo y los sectores independentistas han iniciado ya las movilizaciones.

A sabiendas de que el fallo no es todo lo claro que reclamó el fiscal, el sector más radical no va a dejar pasar la oportunidad de encender los ánimos en Cataluña. La mayoría de los ciudadanos están cansados del empecinamiento de un espejismo que nada tiene que ver con la realidad jurídica, social y política de España en la Unión Europea y el mundo. Veremos que ocurre en los próximos días, por lo pronto, decedenas de miles de personas se manifestaron ayer por la Constitución en Barcelona encabezados por Ciudadanos y PP y con la llamativa ausencia del PSC de Iceta que tiene que navegar ante las simpatías hacia los independentistas y la fidelidad del PSOE.

La anécdota del día la protagonizó el bobo de Rufián con un tuit burlesco hacia el cabo Pozo, que se enganchó en una farola al portar una bandera en el paracídas con motivo del desfile militar de la Hispanidad. Rufián se mofó de que se rescatase primero a la bandera que al soldado, desconociendo que los quince kilos de la enseña, precisaban hacerlo así. La ingorancia es audaz y el lider de ERC es capaz de todo con tal de ser el niño en el bautizo y el muerto en el entierro.

En Ecuador, el presidente Lenin Moreno, que sucedió a Correa en el poder y que milita en su mismo partido de izquierda populista, ha decretado el toque de queda en Quito tras las movilizaciones masivas de ciudadanos indígenas que protestan por la eliminación de los subsidios al petróleo.

Correa que dedicaba el 40% del presupuesto al gasto público, favoreció este sector pero la subida de los precios de los combustibles hace más difícil esta operación. Al liberalizar la economía de los precios han subido, la población no acepta el cambio.

Correa, exiliado en Europa, tiene causas pendientes en los tribunales y el Dictador venezolano Maduro, han pedido la rebolución del ejército contra Lenin Moreno incitando al peligro de una escalada de violencia en el país.

La tremenda cogida del torero Gonzalo Caballero que se tiró a matar y salió prendido de un pitón. La faena estuvo a punto de costarle la vida. Está hospitalizado con pronostico muy grave.

Y hoy se canoniza en Roma al británico John Henry Neuman cardenal, buscó toda su vida una esperanza sólida.