Schlichting: “Estamos esperando dimisiones en el PSOE, en nombre de tantos muertos socialistas de ETA”
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¡Muy buenos días, España!
Que hoy llueve en muchos puntos del mapa, pero también mañana escampará en la mayoría de ellos. Así que aprovecha hoy para escuchar la radio, que merece la pena.
Merece la pena, porque estamos viendo movimientos en el PSOE en protesta por la deriva del partido. Están divididos entre la vieja guardia y los pelotas que siguen a las órdenes fieras de Pedro Sánchez. La gota que ha colmado el vaso ha sido el acuerdo con Bildu para forzar unos presupuestos que el FMI internacional acaba de descalificar diciendo que atacan a las clases trabajadoras porque siembran la miseria. Dice la institución que el aumento del IVA o de los impuestos va a perjudicar a las rentas bajas con la herida de la crisis aún abierta.
Fijaós cómo ha sido recibido Pedro Sánchez en Pamplona ayer, en medio de abucheos.
Como un goteo ha ido saliendo barones, socialistas discrepantes y muchos líderes antiguos a señalar que esto de ir del bracete con ETA ya es pasarse de castaño oscuro. Empezó el extremeño Guillermo Fernández Vara, diciendo que le daba náuseas. Y luego han seguido, con sendos mensajes en Twitter Lambán, de Aragón, y Barbón de Asturias.
Ayer, Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha explotó con Carlos Herrera aquí, en COPE.
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DE LOS PRESUPUESTOS A LA ELIMINACIÓN DEL CASTELLANO COMO LENGUA VEHICULAR
No sólo la negociación de los presupuestos está levantando ampollas. Aunque insisto, lo de Bildu es lo más fuerte. Felipe González ha endurecido su posición frente a Zapatero en una conversación en Nueva Economía Forum, donde ha comparado a Maduro con Ceaucesu, el dictador comunista rumano. Y Alfonso Guerra, atención, ha firmado una manifiesto en contra de la eliminación del castellano como lengua vehicular en España. Entre los firmantes figuran los ex presidentes del senado, Juan José Laborda y Javier Rojo, el ex secretario general de UGT, Cándido Méndez y ex ministros como César Antonio Molina y José Barrionuevo. Denuncian en el texto que también lo del español se debe a las exigencias de aprobación de los presupuestos y que con ello se atenta contra los derechos básicos de los ciudadanos. “La enmienda –dicen - supone una modificación de la posición del Partido Socialista Obrero Español sobre un tema central de los acuerdos del Pacto Constitucional”.
LA LEY CELAÁ: ADIÓS A LA ENSEÑANZA CONCERTADA Y LA RELIGIÓN
A pesar de las protestas, ayer salió adelante en la Comisión de Educación el proyecto de la Ley Celaá con este ataque al castellano, con la eliminación de la enseñanza concertada como garante del derecho a la libertad de Educación, con las enmiendas que garantizan que se pueda promocionar con suspensos y con una asignatura de Cultura de las religiones para hacer frente a la de Religión. Los representantes de la enseñanza concertada se manifestaron frente al congreso y 1.385.000 firmas han sido recogidas entre los ciudadanos en torno a la plataforma Más Plurales.
Asimismo el texto acaba con la educación especial en un plazo máximo de diez años.
¿QUÉ QUIERE PEDRO SÁNCHEZ?
Cabe preguntarse, -hay que preguntarse con realismo- si toda la protesta de los más antiguos y ortodoxos del PSOE sirve para algo. Porque Pedro Sánchez sigue firme y ayer dejó claro que no sólo es una cuestión de sacar adelante los presupuestos. Él está pensando en algo más.
En efecto, el presidente se embarca no sólo en tres años más de legislatura, con las cuentas que lo garantizan, es que quiere otros cuatro años más en Moncloa y, con ello, consolidar lo que Podemos y Bildu llaman el cambio de régimen.
Es el PSOE quien dirige esto. Es verdad que Pablo Iglesias lleva mucho tiempo hablando del cambio de régimen del 78. Que educa a sus bases en el odio a un Rey que –dice- fue puesto por Franco. Que repite que los “poderes fácticos” gobiernan España y es hora de sacarlos de los medios de comunicación, la judicatura o el parlamento. Pero los hechos son del Gobierno.
¿Quién encabeza el nuevo Ministerio de la Verdad? No es Echenique, ni Monedero. Es Iván Redondo, la mano derecha del presidente. Su jefe de gabinete. ¿Quién impide que el Rey presida en Cataluña la entrega de despachos a los jueces? Iceta y el PSC. ¿Quién pretendía reducir la independencia de los jueces en el CGPJ? El Gobierno, hasta que Bruselas dio un toque de atención. ¿Quién ha determinado seis meses de estado de alarma y se ha ausentado de la Cámara en un soberano gesto de desprecio? Sánchez.
Estamos esperando dimisiones en el PSOE. En nombre de tantos muertos socialistas de ETA. De Múgica y de José Luis López de Lacalle, de Tomás y Valiente, de Ernest Lluch. De 900 asesinados, 7.300 muertos y heridos. De miles de familias destrozadas. De millones de españoles que hemos crecido en el terror.
No nos engañemos. Puede que Podemos haya sido la fuente de tan macabras ideas. Pero el mando, el volante, lo lleva Pedro Sánchez.