Schlichting a Puigdemont: "Bonito, te ha detenido la policía italiana por delincuente internacional"

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¡Muy buenos días, España! ¡Muy buenos días, queridísimas islas Canarias! Es 25 de septiembre, ya es otoño y la lluvia es intermitente, con mayor o menor intensidad, con puntos fuertes de precipitación en el este de Castilla La Mancha y en los Pirineos. Alerta amarilla por lluvias en zonas de Navarra, Aragón, La Rioja, Castilla y León y Castilla La Mancha. Mañana mejora la cosa.

Carles Puigdemont está libre y puede volver a Waterloo, a seguir viviendo a cuerpo de rey. Los jueces de Sasari, en Cerdeña, se toman su tiempo para decidir si lo extraditan o no a España y lo han citado el próximo 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, el patrono de la paciencia, que falta nos hace. Porque hay que ver qué cruz con un hombre que estuvo a punto de provocar en Cataluña un derramamiento de sangre, que se saltó la Constitución y que nos proporcionó a todos algunos de los días más amargos de nuestra vida. Salió ayer de la cárcel, sin medidas cautelares y a estas horas no sabemos si volverá al palacio belga en el que vive o se quedará bañándose en las playas de Cerdeña. Crecido está, porque cuando lo han detenido ha comentado, directamente: “España no pierde oportunidad de hacer el ridículo”.

Bonito: te ha detenido la policía italiana, por delincuente internacional.

Yo comprendo que hay que tener prudencia y tender la mano y construir el futuro de todos, pero convendréis conmigo que insultar a los demás no es el camino cuando tienes a tus espaldas un delito de sedición. Esto no es diálogo.

Porque diálogo es lo que ayer pedía el presidente del Gobierno, que hizo una muy medida intervención procurando contentar a todos, ya sabéis. Que Puigdemont debe presentarse ante los tribunales, dijo, pero que ahora es más que nunca tiempo de diálogo.

Siempre es tiempo de diálogo, no ahora. ¿Por qué añade Pedro Sánchez el adverbio “ahora”? Porque lo que él necesita “ahora” son los tres escaños de Esquerra para aprobar los presupuestos. Eso significa ahora para él.

Por eso la noticia de la detención de Puigdemont cayó como una bomba en Moncloa. Porque este señor, antes de ayer no pintaba ya nada en la política, porque por fin Oriol Junqueras y Pedro Sánchez se habían librado de él y hacían realidad su pacto soñado: tú te quedas con Cataluña y nosotros gobernamos en Madrid con vuestro apoyo y el de Bildu. Los de Junts per Catalunya, el partido de Carles Puigdemont, quedaban como los hermanos pobres y pesados. Fuera de la mesa de negociación y dando la lata sin que nadie les hiciese caso. Y, de repente, llega la noticia de que el del mocho está detenido porque se le ha ocurrido ir a un congreso de folklore en Cerdeña. Otra vez el pesado en el foco, otra vez la imagen del mártir y las algaradas en Sant Jaume y en Via Laietana los Jordis, estrenando indulto, llamando a la gente a rebelarse contra la legalidad. La consejera de exteriores de la Generalitat viajando a Cerdeña, todos los abogados del sistema al servicio del fugado y la TV3 con programación especial, que estuvo toda la noche del jueves al viernes dale que dale.

¿De verdad nos merecemos esto? Insisto, que San Francisco de Asís nos dé paciencia.

En un país normal, que el delincuente se haya topado con la policía europea hubiese sido recibido de inmediato con satisfacción institucional. Aquí, no. Aquí el jueves por la noche, cuando Antonio Jiménez explicaba en Trece la noticia, Moncloa pidió tiempo para valorar el suceso. Necesitaba tiempo el presidente. Tiempo para llamar a Junqueras, a sus socios. Salió al día siguiente, a pedir diálogo. Porque lo que no necesita es que Puchi ocupe el lugar de su socio Junqueras en los altares del independentismo. Veremos qué pasa ahora. Los jueces están enredados con eso de la inmunidad europarlamentaria del fugado, que ya se la quitaron los tribunales europeos, y si está o no vigente la orden de captura del juez Pablo Llarena. Nos queda mucho folletín y pocas esperanzas porque ¿acaso van los jueces italianos a comportarse distinto que los alemanes o los belgas? ¿De verdad van a atreverse a mandarnos al delincuente cuando además el último interesado en tenerlo en el banquillo es el propio presidente de la nación?

En 2017 se nos rompió el corazón viendo a España partida por culpa de una votación de independencia televisada en directo. Detuvimos a los culpables y los juzgamos. Y ahora están en la calle y no sólo no contribuyen a que todos nos entendamos, es que mandan a los CDR y a los voluntarios de la ANC a manifestarse y liarla. Escuchamos a Jordi Cuixart.

Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón. Carlos Losada es nuestro jefe de informativos en Barcelona y nos cuenta lo de esta noche allí, esas concentraciones en la Plaza de Sant Jaume.

Y, mientras, el volcán de Palma redoblando sus explosiones y la gente, sin casa, sin trabajo, sin plataneros y sufriendo. Se ha abierto una segunda boca, que ahora emite lava a más velocidad y que la primera y, en el cráter inicial se ha hundido la cúpula de magma solidificado. Hay tanta ceniza en el aire que no se puede volar y la ministra Darias ha tenido que suspender el viaje a la isla que tenía previsto para hoy.