Schlichting: “Toda la vida de luto y que lleguen los que han pegado un tiro y te insulten en tu cara"

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¡Muy buenos días España! Bienvenido a tu programa de ‘Fin de Semana’, que te acompaña sábado y domingo de diez a dos. Te saluda Cristina López Schlichting.

Es domingo 24 de octubre, y las temperaturas son estables, con cielos poco nubosos o despejados. Se espera la llegada de un frente poco activo, un “frentecillo” más bien, por el noroeste de Galicia, que podría afectar también a Asturias. Pero nada más.

La semana que empieza seguirá en esta línea estable, sin embargo el puente podría fastidiarse, el de Todos los Santos. Aunque los modelos -como dicen ahora los expertos- no son claros. O sea, no se sabe cien por cien qué pasará a partir del jueves.

En La Palma ha tenido lugar el más fuerte de los terremotos provocados por el volcán. 4,9 en la escala Richter. Y se ha derrumbado parte del cono principal. Tenemos sobre el terreno a José Miguel Gaona, que enseguida, a las diez y media, nueve y media en Canarias, nos va a contar cómo ha sido.

Volcán de la Palma

Volcán de la Palma (EFE)

EL APOYO DE LOS INDEPENDENTISTAS A LOS ETARRAS

Y ha pasado. La ignominia se ha consolidado. Los amigos de ETA se enfrentaron ayer a los parientes de los asesinados y les gritaron “fascistas”, “fascistas”.

La escena se produjo en la manifestación por la libertad de los terroristas, en San Sebastián, encabezada por los socios del Gobierno, Podemos, Bildu y Esquerra, cuando los miles de personas pasaban por debajo de un puente. En ese momento, un grupo de valientes de Covite, la Asociación de Víctimas que representa por ejemplo a la hermana del inolvidable Gregorio Ordoñez, colgó pancartas recordando que se festejaba a asesinos y lanzó pasquines con el nombre de los muertos. Las hordas se volvieron entonces, rabiosas, y les gritaron lo de fascistas.

Toda la vida de luto, por un hermano, un hijo, un esposo, y que lleguen los que le han pegado un tiro y te insulten en tu cara, en plena calle. Y que los partidos que los representan estén en el poder. Si yo fuera Patxi López, o Guillermo Fernández Vara o Emiliano García Page… uff.

Ahí estaban los Podemos, que hacen coalición con el PSOE. Los de Bildu, que les dan sus cinco escaños. Los de la Esquerra, que les prestan sus tres. Los de Junts per Cat, que buscan el indulto de Puigdemont, y los del PNV, que recogen las nueces del árbol que otros agitan. Ah, y los de UGT que los de CCOO se negaron a asistir. Ya les vale, a los trabajadores de la UGT.

La foto que ha quedado y está en las portadas hoy es el abrazo entre Oriol Junqueras y Arnaldo Otegi, que es para guardarla. Otegi, condenado por pertenencia a banda armada. El que ordenó el secuestro de mi amigo Gabi Cisneros y le vació un cargador en la tripa. Que Gabi le vio los ojos y, con todo lo bajito que era, salió corriendo para que el terrorista no lo cogiese, pero que luego, años después, se retorcía por los dolores que le dejó en la barriga y que le hicieron penar más que el cáncer que lo mató. Este crimen no se le pudo probar a Otegi, pero a mí no se me olvidará el relato de Gabi.

Junqueras califica de valientes las palabras de Otegi antes de sumarse a una marcha por los presos de ETA

EFE/Javier Etxezarreta

Que no hay derecho, hombre. Oriol Junqueras abrazándolo. Cuando Otegi ha dicho esta semana que cambia presos por dinero, por apoyar los presupuestos. Yo comprendo que el de Bildu lo apoyó cuando estaba en la cárcel por el referendo ilegal de secesión. Que Otegui estuvo en las marchas en Cataluña por Oriol. Pero hombre, defender a cambio a los asesinos de ETA, no. Que no ha pedido perdón ni ayudado a aclarar los crímenes pendientes.

Basta de homenajes a los etarras, hombre. Que esto es rescribir la Historia y contarle barbaridades a las generaciones que vienen. Que hay chicos que están convencidos de que aquí hubo una guerra por la libertad. Que los años de plomo nos marcaron a todos. Que vimos cabezas destrozadas. Que los guardias civiles recogían para las viudas los miembros desperdigados de sus compañeros. Que Miguel Ángel Blanco murió como un perro.

Un país decente no sólo se construye combatiendo el crimen, sino explicando a los hijos que el crimen es malo. Todo lo demás es blanquear lo que pasó y causar nuevos dolores.

La semana pasada nos lo decía aquí Irene Villa, con motivo de los treinta años de la bomba que le quitó las piernas. Y no será porque ella no ha perdonado. Que hasta se ha reído de los chistes negros sobre ella y su atentado. Pero una cosa es tirar para adelante, o acercar al preso que se lo merezca e incluso favorecer al que se arrepiente de verdad, y otra cosa escenificar el abrazo a los viejos etarras para aparentar que han pedido perdón y son buenos. No sé, no tenía a Oriol Junqueras por un cínico. No lo tenía por un político sin escrúpulos.

En aquellos años de plomo, cuando cada semana caían dos personas asesinadas. Cuando los periodistas mirábamos debajo del coche por las mañanas, pensando en nuestros hijos. Cuando tantos vivían con escolta y los empresarios vascos cogían el correo con el temor a ser objeto de la extorsión. Cuando las viudas sufrían en silencio, porque en los pueblos vascos no se solidarizaban con ellas, en aquellos años les prometimos a las víctimas que nunca las olvidaríamos. Que estaríamos alrededor de ellas, cuidándolas y consolándolas. Nunca se nos ocurrió que un día las igualaríamos a los asesinos.

O peor, que les gritaríamos “fascistas”, “fascistas”.

La historia al revés. ¿Os acordáis de las primeras manifestaciones de valientes en el País Vasco, en los pueblos? ¿De los de Gesto por la Paz, los del Foro de Ermua? Ahora es al revés. Cuatro valientes, cuatro víctimas salen a la calle para que las insulten los amigos de los asesinos.

¿Creéis de verdad, y me dirijo al Gobierno, al PSOE, que esto no nos va a hacer peores?