Cristina L. Schlichting: “Podemos empieza a mandar; la oposición tiene que dar un paso adelante”
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“Muy buenos días, España.
Abrígate si sales, porque hoy, ya sin matices, es un día invernal, de los de lluvia, nieve, carreteras cortadas y precaución. Jorge Olcina, nuestro hombre del tiempo, nos asistirá enseguida, pero sólo decirte que Marci Ortega se ha encontrado hoy el termómetro a cero grados cuando salía de casa en las afueras de Madrid. Nuestra jefa de producción, hoy un poco estremecida de frío, y eso que es manchega, encabeza este programa de Findesemana, con Jesús García Ercilla. Detrás estamosUn programa para ti que hacemos Diego González, Maiki de Toro, Miguel Soria, Natalia Mosquera y quien te habla, Cristina López Schlichting. Al control…
En el PP se discute si hay o no que ofrecerle la abstención al PSOE para facilitar un Gobierno constitucionalista en España. La propuesta parte de tres “barones”, Alberto Núñez Feijoo, presidente de Galicia, Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León y Juanma Moreno, presidente andaluz. A cambio, evidentemente, Pedro Sánchez tendría que romper con Podemos. Pablo Casado teme el efecto que una decisión así pudiera tener sobre las bases y el electorado, que podrían interpretar un acercamiento a la izquierda y debilidad, sobre todo teniendo en cuenta que VOX le pisa los talones, pero no parece momento para cálculos cicateros, porque lo que está en juego desde esta semana es demasiado grave.
Y no lo digo yo, lo dice Felipe González en las declaraciones que más desapercibidas han pasado esta semana pero que a mi juicio son más importantes que su crítica a que PSOE y Podemos se repartan los cargos, antes siquiera de fijar sus puntos de Gobierno. Me refiero a las palabras en las que advertía de la gravedad del momento. Así hablaba el ex presidente:
Teme Felipe González una crisis de Estado. Y habla de la Historia, y parece referirse a los años 30, los que ninguno de nosotros quiere repetir. También el ex presidente José María Aznar alertaba del peligro. En un comunicado de FAES subrayaba: “El precio que el PSOE y Pedro Sánchez están dispuestos a pagar es el de llevar el sistema político de la Constitución a su peor crisis, una crisis que sus aliados esperan y quieren que sea terminal”. ¿Por qué dicen esto dos ex presidentes?
Miremos en torno. Hoy hay anunciados en Barcelona cortes en las estaciones de tren. Los CDR han llamado a un “bloqueo total” de las nueve estaciones urbanas, desde las once de esta mañana.
Si en las últimas tres noches han cortado los accesos a la ciudad en varios puntos, además de algunas calles principales, ahora el objetivo son las estaciones.
Los convocantes piden movilizarse en las instalaciones de Sant Andreu Comtal, San Andreu Arenal, Clot-Aragó, paseo de Gracia, Sants, Bellvitge, Plaza de Cataluña, Arco del Triunfo y Sagrera-Meridiana. Desde la organización se recomienda llevar “ropa cómoda y sin simbología”, comida y bebida. Los ciudadanos empiezan a tener la impresión de que no hay Estado, en efecto, y no tiene que ver con que el Gobierno esté en funciones, porque sigue actuando en lo que le importa. Pedro Sánchez acaba de dar orden, por ejemplo, de retirar las concertinas de las vallas que protegen las fronteras de Ceuta y melilla con Marruecos. La medida sería hasta caritativa, si el PSOE no hubiese retirado cualquier mención a este proyecto en su programa electoral para las elecciones del 10N. Por el contrario, es una de las que con mayor insistencia reclama Pablo Iglesias. Lo que está ocurriendo en España es que se está empezando a decidir en virtud de lo que desea un partido con 35 escaños, que ha perdido siete, y representa apenas a tres millones de personas en España.
Desde el domingo pasado las cosas van a toda prisa. El martes se anunciaba el pacto con Unidas Podemos y la bolsa se precipitaba. El miércoles empezaban a explorarse los contactos con el separatismo catalán, que ahora se han extendido en silencio a los proetarras de Bildu. Y el jueves, la ministra Celaa aparecía en un congreso de escuelas católicas a proclamar que el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos no está recogido en la Constitución. Un detalle que intentó desdibujar ayer tras el Consejo de Ministros, por el escándalo generado, pero que de nuevo coincide en la idea podemita de que la educación es cosa del Estado.
Un derecho legal sería el de los padres elegir colegio que, por supuesto, se puede cambiar. Sencillamente, la música suena a Pablo Iglesias.
No parece que los partidos constitucionales tengan demasiado tiempo que perder. Toda posibilidad de ofrecer una alternativa a lo que está ocurriendo merece la pena.
Como el dinero es cobarde, es en el sector económico donde primero han saltado las alarmas. No sólo la bolsa ha percibido incertidumbre, también los inversores han dado orden de que los capitales se retraigan en España, lo cual es preocupante en el contexto de desaceleración”.