López Schlichting: "Pido una oración por Roberto y por David, por poner su vida al servicio del periodismo"
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La muerte de los compañeros David Beriain y Roberto Fraile asesinados en África, he pensado con harta impresión en las balas. Cuando la Guerra Civil de Albania, que me pasaron a medio metro o en las fosas de muertos en Kosovo. Decenas de personas asesinadas, cuyos brazos salían de la tierra y cuyos cadáveres quemados, a veces de familias enteras, estaban apoyados en las paredes de las casas y en aquel campo minado, al que me prohibieron pasar las fuerzas de rescate de los ejércitos alemanes e italianos que yo atravesé con treinta y tantos o cuarenta años de forma completamente, quizá, imprudente.
He pensando en los muertos, en todos aquellos compañeros muertos de estos años. En los que cayeron bajo las balas de ETA y acabo de comprender que ha sido una sencilla lotería. Que podíamos ser nosotros los muertos podían ser Roberto o David los vivos.
Hay una mezcla extraña de imprudencia y valentía en estos comportamientos. A la vez es cierto que montones de cosas que sabemos de Yemen, de las guerras entre Irán e Irak, de la caza de furtiva, dependen del valor de jóvenes que se enamoran de esta profesión, conscientes de que buscan la gloria y la verdad.
Esas cosas no se sabrían si los periodistas no fuesen a los confines del mundo.
Hoy pido una oración por Roberto y por David, y les doy las gracias por su valor, su intrepidez. Por haber puesto su vida al servicio del periodismo y la verdad. Me siento orgullosa de ellos como compatriota y pienso que el mundo sería peor sin esta profesión nuestra, tantas veces demostrada y arrastrada pro el fango pero audaz, útil y liberadora. La profesión del periodismo a la que han servido con sus vidas David Beriain y Roberto Fraile. Descansen en paz.