Schlichting: "Se han superado las líneas rojas en esta guerra entre radicales islamistas e Israel"

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¡Muy buenos días España! Es 14 de abril, hace calor, demasiado calor para las fechas, porque de repente hemos tenido que sacar en muchos lugares camisetas de manga corta y ropa arrumbada que esperaba el verano para salir del armario. Sevilla va a dar 30 grados, Badajoz también, pero es que se suman Bilbao con 28 y Zaragoza con 29 o las Palmas de Gran Canario con 28. Olcina nos adelantaba qué pasará a partir de mañana

Irán cumplió su amenaza. A las diez de la noche, supimos que Teherán había ordenado el lanzamiento de una andanada de misiles y drones que tardaron unas horas en llegar a territorio Israelí. Se lanzaron más de 300 proyectiles entre drones explosivos, misiles balísticos y misiles de crucero. Es la primera vez que ocurre algo así. Teherán responde al bombardeo israelí que mató en su consulado de Damasco a 16 personas y a siete de sus mandos militares el pasado 1 de abril, en lo que Israel sostiene fue una neutralización de unos encuentros entre iraníes y miembros de la Yihad islámica sobre la guerra en Gaza.

Previamente la Guardia Revolucionaria iraní asaltó un buque vinculado a Israel en el Golfo Pérsico. Era un portacontenedores llamado Aries de la empresa MSC, que fue abordado con un helicóptero cerca del estrecho de Ormuz, que tiene 15 tripulantes de distintas nacionalidades, desde filipinos a indios o pakistaníes y que ha sido desviado a aguas territoriales iraníes.

Ha sido una noche tensa hasta que los proyectiles llegaron a los Altos del Golán, en la frontera norte, y a una base de la fuerza aérea israelí en Nevatim, al este de la franja de Gaza. La mayor parte, sin embargo fue interceptada por el escudo de defensa israelí y fuentes del New York Times aseguran que también aviones estadounidenses y británicos colaboraron para pararlos.

Se han superado todas las líneas rojas previsibles en esta guerra soterrada entre los radicales islamistas e Israel y las consecuencias son imprevisibles. En torno a las dos menos veinte de la madrugada empezaron a sonar las sirenas en Israel y los ciudadanos corrieron a los refugios. Horas antes Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí se había dirigido por televisión a la población subrayando que el país estaba preparado y advirtiendo que habrá respuesta a este ataque. “Ciudadanos de Israel -dijo- en los últimos años e, incluso más, en las últimas semanas Israel se ha estado preparando para la posibilidad de un ataque directo de Irán. Nuestros sistemas defensivos están desplegados y estamos listos para cualquier escenario, tanto en defensa como en ataque”. Hasta mañana lunes al menos están suspendidos los colegios y actividades educativas (recordemos que el domingo es laboral en Israel) y se limitan las reuniones en espacios públicos.

El primer ministro convocó a su gabinete de guerra, al tiempo que el presidente Biden interrumpía su actividades y regresaba a Washington. Dada la gravedad de los acontecimientos, las distintas cancillerías tomaron posición rápidamente. Estados Unidos ha advertido de su absoluto apoyo a Israel y también Gran Bretaña y Francia y Alemania han condenado los ataques.

La Unión Europea, a través de su ministro de Exteriores, Josep Borrell, ha condenado el ataque, que ha calificado de inaceptable. Borrell ha señalado que se trata de una escalada sin precedentes del conflicto. También el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha condenado el ataque e instado a hacer todo lo posible para evitar una escalada regional.

Precisamente este juego de poderes en la zona es lo más peligroso en este momento.

Tras el ataque de Hamás el pasado 7 de octubre, Israel invadió el territorio y los grupos terroristas financiados por Irán desataron en guerra soterrada. Con el bombardeo en Damasco, Israel obligaba a Irán a dejar el segundo plano y dejar de actuar sólo a través de Hamás, Yihad Islámica, Hizbola o los Hutíes de Yemen. Digamos que Israel ha obligado a Teherán a aflorar la guerra.

Tras interceptar la mayor parte de los proyectiles, tanto Israel como Jordania o Siria, que habían cerrado sus espacios aéreos han vuelto a abrirlos esta mañana. La situación es de una calma tensa y el sudoku, endiablado. El ataque de Damasco ha incendiado las calles iraníes que claman venganza y la muerte de Zahedi, uno de los principales líderes militares ha indignado a la gente. En Tel Aviv, entre tanto, Netanyahu atraviesa sus horas más bajas y no hay nada más peligroso que un líder acorralado. Si desea mostrar fortaleza, responderá, y si no lo hace, se le acusará de debilidad. Los iraníes, por otro lado, confían en que Joe Biden no se mezclará directamente en una guerra, como informa hoy buena parte de los periódicos de Estados Unidos. El presidente norteamericano ha comunicado al israelí que se opondrá a cualquier respuesta militar contra Irán. Se trata de contener a los contendientes y evitar una guerra mundial.

En este sentido, el jefe del estado mayor iraní ha advertido que si Washington coopera con Israel, sus bases serán atacadas. Es como si todas las piezas estuviesen dispuestas para detonar el polvorín.

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