"Franco no quiso salvar la vida de su primo hermano, Ricardo de la Puente Bahamonte"

Pedro Corral revela en su último libro acontecimientos casi desconocidos como el vivo enterrado en el Valle de los Caídos

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Pedro Corral: "Franco no hizo nada por salvar a su primo, pero no firmo la orden de ejecución"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Eugenio Azcárraga Vela, que fallecía en 2018 con 102 años, fue un superviviente de la Batalla de Teruel y hecho prisionero por los republicanos. "Dejó una carta de una madrina de guerra dirigida a él a otro alférez que murió en la batalla. Cuando los franquistas recuperan Teruel, recuperan los restos de este alférez y por la carta creen que es Eugenio Azcárraga. Entonces le entierran en Teruel y cuando es construido el Valle de los Caídos, este supuesto Eugenio es trasladado al Valle. Pero Eugenio Azcárraga vivía y se interesó en que nicho estaba y certificó que se mantenía la confusión" cuenta en 'Fin de Semana', Pedro Corral autor de "Eso no estaba en mi libro de la Guerra Civil" que acaba de publicar la editorial Almuzara. 

Esta es una de las historias que revela Pedro Corral sobre la contienda civil de cuyo final se cumplen ochenta años. Capítulo especial es el que dedica a la historia del aviador Ricardo de la Puente Bahamonde, quien antes de ser fusilado en Ceuta bajo el mando de su primo el general Francisco Franco, no pidió clemencia a su familiar sino que ratificó su decisión de oponerse al golpe militar de julio de 1936, "lo titulo 'La guerra civil de los Franco y los Bahamondes', Ricardo de la Puente Bahamonde era el jefe del aeródromo de Tetuán donde tenía que aterrizar el Dragon Rapid de Franco que venía de Canarias a hacerse con el mando del Ejército de África sublevado. Curiosamente Puente Bahamonde recibe órdenes del gobierno republicano de mantener el aeródromo y él cumple esas órdenes y unos días después se le fusila con un juicio sumarísimo y su primo hermano no hace nada. No firma la orden, deja que la firme su segundo, el General Orgaz, pero no hizo nada". 

A lo largo del libro queda claro, como dice su autor, que "fue una guerra civil entre hermanos, padres e hijos..." que acabó con una victoria republicana, "aunque suene extraño es una operación que lanzan los franquistas el 8 marzo del 39 a punto de acabar la guerra aprovechando los combates entre los propios republicanos, porque esto también se olvida que hubo una guerra entre los republicanos, anarquistas, comunistas...  Aprovechando que los comunistas están combatiendo contra el resto de republicanos en Madrid, los coroneles franquistas creen que lo van a tener fácil, pero se llevan una sorpresa. Las unidades que defienden el frente exterior rechazan el ataque con centenares de bajas, lo curioso, es que esta derrota es ocultada. Son estas cosas desdichadas que tiene la guerra".

Además, el lector descubrirá, entre otras cosas, que un ministro de la Guerra republicano tuvo que ser ingresado por un ataque de amnesia al poco de comenzar la contienda y que después desertó de su bando para refugiarse en Francia, que tres cuartas partes de los “gudaris” del Ejército vasco estuvieron bajo las órdenes de la Guardia Civil en su lucha contra las tropas franquistas, y que la última batalla de la Guerra Civil, desarrollada a las puertas de Madrid, se saldó con una aplastante victoria republicana.

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