El invidente que esquía con “lazarillo”: “A 120 km/h es fundamental la absoluta confianza”

Jon y Miguel han sido pareja profesional de esquí durante 17 años con varios numerosos premios y han estado en Fin de Semana con Cristina

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El invidente que esquía con “lazarillo”: “A 120 km/h es fundamental la absoluta confianza”

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Jon Santacana es esquiador alpino del equipo paralímpico español e invidente a causa de la enfermedad de Stargardt. Ha logrado seis medallas en los JJOO Paralímpicos de Invierno entre 2002 y 2018 y 17 medallas en el Campeonato Mundial de Esquí Alpino Adaptado entre 2009 y 2017. Por su parte, Miguel Galindo es deportista de apoyo del equipo paralímpico español y guía de Jon durante más de 17 años. Ambos han atendido los micrófonos de Fin de Semana con Cristina para hablar sobre cómo se esquía siendo casi del todo ciego.

Jon ha explicado que su enfermedad “es una degeneración macular es hereditaria y afecta la zona central del ojo”: “No tengo visión central pero sí periférica, aunque limitada a un 5 % de agudeza. Más que riesgo es un condicionante, pero por fortuna, en mi caso, ha estado Miguel 17 años".

Miguel relata que “venía del esquí de competición”: “Estuve en el equipo nacional y, cuando dejé de competir, al año siguiente me llamó la que era directora técnica del equipo paralímpico porque buscaban un guía para Jon con alto nivel de esquí y experiencia en competición y acepté”. En clave de humor pero con realismo, Miguel reconoce que, “a veces, pasaba más tiempo con Jon” que con su mujer porque “había muchos viajes en Los Alpes por Europa, muchos días fuera de casa conviviendo 24 horas con Jon”. Además, se requería una preparación especial ya que “el entrenamiento es de alta competición. Hemos estado todos estos años bajo la tutela de la Federación Española de Deportes para Ciegos y con el paraguas del Comité Paralímpico porque los últimos años han sido de absoluta al deporte profesional".

Jon ha recordado cómo empezó todo para él: “Mi dedicación fue más bien por casualidad porque mis padres tenían una autocaravana, viajábamos mucho el fin de semana fuera e íbamos a la nieve, y como en mi familia había algunos esquiadores, me dio por probarlo. Mis padres nunca me han dicho nada en contra, siempre han sido muy respetuosos con mis decisiones y cuando quise entrar en el equipo nacional me dijeron que adelante. Me han apoyado en todo, aunque es verdad que mi madre sufría cuando me veía tomar pistas más rápidas, pero nada más”.

En cuanto a su trabajo en equipo, Jon explica que “Miguel va por delante diciéndome la mejor línea dentro de un trazado de competición. Para organizarme le tengo a él siempre para decirme la línea en un trazado, vamos con intercomunicadores como si fuera un lo piloto de rali". Miguel coincide y recalca que “lo más importante es la confianza, él tiene que creer fielmente lo que le digo para hacerlo justo cuando se lo digo. El objetivo es era ir puliendo pequeños errores, ser muy inconformistas y ser lo más rápidos posible”, a lo que Jon añade que “la palabra es fundamental, un lenguaje con frases cortas y palabras breves porque la velocidad no da tiempo a más. Hemos creado un código para ello. Es convertir un deporte que es individual a hacerlo en equipo".

Ya en esta nueva etapa en la que no compiten, Jon comenta que sus metas han sido “siempre deportivas”: “Son 20 años en el equipo nacional y muchas competiciones. Ahora, al final de esta trayectoria deportiva, busco adaptarme a otro tipo de vida. Ahora estoy mucho en charlas y conferencias motivacionales, temas de equipo y confianza en instituciones y empresas. Busco mi sitio dentro de una vida más ordinaria y común porque el deportista de élite vive en una burbuja no muy real por tanto sacrificio. No es fácil y hay que adaptarse. En todo caso todas las herramientas son válidas, hay muchos casos de deportistas de élite que, tras muchos años competiendo, les cuestan encontrar su sitio en una vida más tranquila, donde eres uno más y hay que aceptarlo, hay que saber que en algún momento llegar y echar para adelante".

Miguel también lo ve así y asegura que tiene asumido “que estos primeros años van a ser más de incertidumbre, volver a la vida social y más en nuestro deporte que pasamos meses no solo fuera de casa sino de España, eso te hace alejarte de tu círculo social y tu familia, así que la vuelta es más complicada. Hay que tomárselo con calma. Tengo dos pequeños, uno de 9 meses, mucho trabajo porque me estoy encargando de ellos y además me apetecía mucho y este primer año va a ser el objetivo”.

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