Marian Rojas identifica el síntoma con el que sabemos si vamos demasiado rápido a todo: "La carne"

La psiquiatra habla en 'Fin de Semana' sobre la velocidad a la que hacemos las cosas hoy en día, y cómo esto se puede convertir en un gran problema: "Lo que nos perdemos"

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Marian Rojas identifica el síntoma con el que sabemos si vamos demasiado rápido a todo: "La carne"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Si hay algo en lo que la mayoría de gente coincidirá en estos tiempos de tanta polarización, es que vamos demasiado rápido a todo. Entre el trabajo, compromisos sociales, dormir y demás actividades nos queda poco tiempo para otras cosas. Y esto puede tener varias lecturas.

Hay personas que, por ejemplo, acaban perdiendo mucho tiempo en nimiedades, mientras que, por el contrario, existe un grupo de gente que quiere aprovechar absolutamente cualquier momento del día. Y que no hacerlo es un fracaso que produce inseguridad.

Hay mucha gente que se desespera por no poder aprovechar todos los momentos del día

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Hay un factor añadido a todo esto: las redes sociales y la evolución tecnológica. Nunca hemos sido capaces de hacer y consumir tantas cosas, lo que puede provocar una necesidad constante de realizar alguna actividad en todo momento. Un tema del que, precisamente, habla Marian Rojas con Cristina López Schlichting en Fin de Semana. La psiquiatra pone nombre y apeliidos a este problema y, sobre todo, identifica un síntoma preocupante que te puede ocurrir a ti.

"Hemos metido un acelerador a la vida": La preocupación de Marian Rojas con los tiempos de vida actuales

La autora de "Recupera tu mente; Reconquista tu vida", entre otros éxitos, describe cómo nuestra sociedad se ha acostumbrado demasiado a una vida que ella denomina como "fast". Como si todo tuviese que ser rápido. "El tiempo es el bien más democrático que existe, todos contamos con 24 horas en el día. Hay personas que aprovechan el tiempo de manera obsesiva. Estás en alerta constante y eso es malísimo para el cerebro y para el organismo. No puedes dejar de hacer cosas porque entonces sienten angustia", describe la psiquiatra.

Vivimos en una sociedad demasiado acelerada

Vivimos en una sociedad demasiado acelerada

Y es que queremos hacer varias cosas a la vez... o intentar hacerlas lo más rápido posible. "Una de las mayores aspiraciones del ser humano en este siglo es que nos cunda el tiempo al máximo. Que podamos hacer varias cosas a la vez, que sabemos que no se puede, sino que alternamos el foco de manera rápìda. No puedes conducir y maquillarte a la vez", explica Marian Rojas a Cristina López Schlichting.

Ahí tiene mucha culpa la explosión de los smartphones, que sin duda cambia todo. O, sobre todo, cambia demasiado. "Aquí hay una idea que lanzo, y es que quizá una de las mentiras más grandes del mundo de las pantallas y de las redes sociales es que nos hacen sentir que sí estamos haciendo cosas. Estás revisando el mail, estás contestando a tus amigos, estás viendo qué hacen, noticias, compra, el saldo de la cuenta bancaria... en el fondo, algo entre nosotros nos dice que estamos haciendo cosas", relata la colaboradora de Fin de Semana.

El consumo excesivo de los smartphones puede acabar siendo peligroso

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El síntoma para darse cuenta de si estás yendo muy rápido a todo: "Imagínate comer carne..."

Junto a esto, la prestigiosa psiquiatra describe un síntoma con el cual nos podemos parar a pensar y ver si, realmente, estamos yendo demasiado rápido en la vida. Y lo hace con un ejemplo: "Meterle fast a la vida tiene varias consecuencias. La primera, si te vas a un restaurante y comes rápido, sales y sabes que has comido carne. Pero si lo comes lentamente percibes los detalles. Y ahí está la magia de la vida, los pequeños detalles. Es una realidad que todos hemos vivido. Las pequeñas alegrías, los pequeños detalles, y eso lo pierdes con una vida acelerada".

Básicamente, esa falta de contemplación puede ser uno de los rasgos más peligrosos de nuestra vida cotidiana. Por ello, Marian Rojas recomienda pararse, desconectar y ver si realmente tenemos esa dependencia. Y, en ese caso, tal vez toque buscar una solución.

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