Alba González, directora del hotel Bull Dorado Beach en Aguineguín: "Nos sentimos abandonados"

"Hay 1.700 personas hacinadas, un drama humano que hay que ver con los ojos" denuncia en "Herrera en COPE"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Las islas Canarias siguen desbordadas ante la llegada de pateras y cayucos. Haciendo balance, entre el 1 de enero y el 15 de noviembre han arribado de forma irregular a las islas 16.760 personas, un 1.019 % más que en el mismo periodo de 2019, según los datos del Ministerio del Interior, y de la autoridad portuaria del muelle pesquero de Arguineguín (Gran Canaria), donde en agosto se montó un campamento provisional de emergencia para 400 inmigrantes, se hacinan en los últimos días más de dos millares.

La salida de ese recinto de más de 200 personas sin medios y, en un principio, sin alternativa de alojamiento, colmó la paciencia de las autoridades de Canarias, donde hasta Podemos ha pedido la dimisión del ministro Fernando Grande-Marlaska que viajará este viernes a Rabat para abordar con las autoridades marroquíes la crisis migratoria que se ha recrudecido en los últimos días. Por su parte, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones José Luis Escrivá se desplazará al archipiélago para exponer personalmente las medidas diseñadas por su departamento para la acogida de los inmigrantes, ante el crecimiento constante de los flujos.

Desde las islas le reclaman actuaciones en los países de origen, que Senegal, Mauritania, pero sobre todo Marruecos, refuercen el control de sus costas para evitar la salida de embarcaciones, además de impulsar los mecanismos de repatriación.

En los últimos informes oficiales no se detalla la nacionalidad de los llegados a Canarias por mar, ya que la mayoría en un primer momento oculta ese dato para dificultar la devolución, pero fuentes policiales señalan que la gran mayoría de los que han accedido a las costas del archipiélago en las últimas semanas son marroquíes.

El presidente canario, el socialista Ángel Víctor Torres, ha urgido también al Gobierno a impulsar los traslados a la Península, que se vienen realizando de manera puntual y, fundamentalmente, en casos de colectivos vulnerables y solicitantes de protección internacional.

Un drama humanitario que están viviendo muy de cerca los hosteleros Canarios que ven como no llega turismo, pero sí muchos inmigrantes que huyen de la pobreza y una vida sin futuro en sus países de origen.

"Nos sentimos totalmente abandonados"

Esta grave crisis migratoria la ven con gran preocupación desde el sector hostelero canario. El Bull Dorado Beach, es el único hotel abierto en Arguineguín como consecuencia del cierre de muchos establecimientos por la pandemia del coronavirus a lo que ahora se une esta imagen que está afectando negativamente al archipiélago.

A los propietarios del Bull Dorado Beach les costó tomar la decisión arriesgada de volver a abrir en plena crisis sanitaria y por consiguiente económica y ahora con lo que está ocurriendo, "nos sentimos totalmente abandonados" dice la directora del hotel, Alba González en "Herrera en COPE".

"Para nosotros es un choque de realidad diario que hace que las reservas vayan cada día a cuenta gota. Antes nos asomábamos a la ventana y veíamos el mar, veíamos el puerto y ahora vemos un gran campamento con 1.700 personas hacinadas, un drama humano que hay que verlo con los ojos", relata Alba.

Además Alba González lo analiza desde el punto de vista de directora de un establecimiento que vive del turismo, turistas que buscan su hotel porque está frente al mar y en unas condiciones envidiables y ahora ese turista se encuentra con que "cuando se asoma por la ventana tiene un campamento en esas condiciones". Por otra parte, está la parte humana, el ver a los inmigrantes que "vienen con ilusión y se encuentran con unas condiciones infrahumanas".

Ambas circunstancias hacen que los ciudadanos de Arguineguín sientan con todo lo que está pasando "nervios y pena al ver a los inmigrantes". Al pasear por el pueblo" afirma Alba, "sentimos un abandono absoluto por parte de las autoridades estatales".

"Nos sentimos abandonados, nadie nos ayuda. Somos España no solo para lo que interesa. Somos personas que sentimos nuestra patria y nos da mucha pena este abandono que estamos sintiendo", repite una y otra vez, la directora del Bull Dorado Beach, un hotel que otros años por esta época tendría una media de 600 clientes y que este año, por el coronavirus, solo cuenta con 100 habitaciones ocupadas.

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