Luis del Val: "Sólo un depravado y vil secesionismo es capaz de igualarse a las víctimas de Mauthausen"

La 'Imagen del día' se centra en la "insultante provocación" del independentismo que compara a los políticos presos con las víctimas del nazismo

Luis del Val

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Sólo los canallas escupen sobre las tumbas. Sólo los cobardes más repugnantes son capaces de ensuciar el recuerdo de miles de personas que murieron asesinadas en un campo de concentración, y sólo la soberbia más vil y más infame es capaz de profanar los recuerdos equiparándose a las víctimas de Mauthausen. Sólo un depravado y vil secesionismo es capaz de igualarse a aquellos pobres españoles que, tras la guerra civil, huyendo a Francia, cayeron en manos de los nazis y fueron enviados a un campo de concentración, donde casi cuatro mil de ellos, exactamente 3959 españoles, fueron asesinados.

Ya comenzaron, hace meses, ensuciando la nobleza de la palabra exilio. Porque hay escasas familias españolas que no sepamos el sufrimiento que trae consigo ese término, asociado a la persecución, al hambre, al acosamiento. Hay pocos hogares donde no anide el recuerdo legendario de un abuelo, de un tío, de un hermano que, tras perder la guerra, cruzó la frontera y allí encontró la muerte, o un largo y tortuoso periplo lleno de calamidades, donde toda necesidad era imposible de calmar.

Ya empezaron, hace meses, echando sus vómitos sobre tantos y tantos españoles que cruzaron los Pirineos huyendo de una guerra para encontrarse con otra. Ya iniciaron, hace tiempo, la detestable maniobra de comparar a las víctimas y perseguidos de la guerra civil, con el señoritismo de un prófugo, huido de la Justicia, que vive en una casa que no se pueden permitir la mayoría de españoles que habitan en Cataluña, y que, sin trabajar en actividad conocida, mantiene una existencia muchísimo más próspera que la de la inmensa mayoría del resto de los ciudadanos, no ya de España, sino de la Unión Europea. Y, claro, se empieza mancillando la desventura de los exiliados y se llega a escupir sobre las tumbas, esa acción rastrera que llevaron a cabo los separatistas, ayer, en Mauthausen, donde esta pandilla de ensoberbecidos militantes de la facundia intentan compararse con esos casi cuatro mil españoles que fueron asesinados por los nazis.

Hay que poseer un engreimiento incalculable, una jactancia y una vanidad difícil de medir para comparar el exilio y la muerte de miles de españoles con la señoritinga aventura de un grupo de mangantes que no sólo han malversado los fondos que les dieron para administrar, sino que, en nombre de un nacionalismo trincador, ahora se quieren equiparar a las dobles víctimas de una terrible guerra civil, seguida de un exilio, que para miles de ellos fue letal.

Sólo los canallas escupen sobre las tumbas. Sólo los cobardes más abyectos son capaces de manchar el recuerdo de miles de españoles, de los que muchos, desde niños, oímos hablar de sus desventuras en nuestras casas. Y seríamos igual de canallas y cobardes, si dejáramos pasar este insulto intolerable, seamos de izquierdas o de derechas, incluso seamos nacionalistas o no, porque esa insultante provocación nos avergüenza a todos, absolutamente a todos los que no aspiramos a ser ni cobardes, ni canallas.  

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