La publicidad de los años ochenta: lanzar balones de playa desde un helicóptero

'Herrera en COPE' habla con la persona encargada de lanzar los balones de cierta marca en las playas españolas en los años ochenta

Redacción Herrera en COPE

Publicado el - Actualizado

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No soy de los que dicen eso de qué bonita es la magia de la radio o qué cosas logra este programa. Pero a veces, pese a llevar años en esto, te llevas una sorpresa al descubrir hasta dónde llegan nuestras voces. Pasó ayer cuando, en los Fósforos, hablamos de un extraño objeto con forma de pelota gigante que había aparecido en una playa de Japón. Y recordamos el monólogo de Piedrahita en el que hablaba de cierto balón que fue muy famoso el siglo pasado en las playas de España.

Pero lo que iba a ser un rato divertido de esos que nos gustan compartir se convirtió en un ejercicio de nostalgia para quienes hacíamos el programa y para los oyentes. Regresamos a las playas de los 70 y los 80. Un tiempo en que la digestión duraba una eternidad, la protección solar era algo que olvidábamos con demasiada frecuencia y el chiringuito era una caseta de uralita con cuatro carteles anunciando helados y algún refresco famoso de la época. Un tiempo en que gran parte de España no había visto jamás el mar y las vacaciones era una cosa para ricos o extranjeros que poco a poco empezaba a estar al alcance de cada vez más gente. Solo había una tele con dos canales y por la mañana, salvo los fines de semana, nadie la veía.

Es por eso que comíamos en la playa, alargando la sobremesa hasta la hora de volver a casa y merendar, con el aftersun en la piel, mientras nuestros padres se preparaban para dar un paseo en familia. Un tiempo que inmortalizamos en fotografías que nunca sabías si habían salido bien hasta que las llevabas a revelar. En definitiva, un tiempo que el otro día recordamos por ese famoso balón que sirvió de campaña publicitaria. Pero lo que fue una grata sorpresa es la llamada de un fósforo que nos dejó este mensaje: "Yo fui el que lanzaba los balones de Nivea en el año 1985. Soy el que, literalmente, los lanzaba. En el helicóptero había un piloto, yo iba detrás, inflaba los balones, nos acercábamos a la playa y lanzábamos balones desde Costa del Sol hasta Benidorm".

El mensaje era más largo. Pero lo hemos resumido para que sirva de pincelada. Porque preferimos que nos lo cuente él en directo y a esta hora en 'Herrera en COPE' Luis Pardo, quien tiraba estos balones en las playas desde un helicóptero en el verano de 1985. Luis comenta que 1985, curiosamente, "fue el único año que se lanzaron balones de Nivea. Pero se ha quedado como una memoria colectiva como si hubiese habido décadas de balones. Solamente fue en ese año y en una zona muy concreta de España".

"La campaña fue durante el mes de agosto de 1985 y fueron cuatro semanas. Lo que se intentaba alcanzar era que hubiera el número máximo de gente posible en la playa. La campaña era de 30 mil balones, perro no los lanzamos todos. Muchos los dimos, por ejemplo, en los aeropuertos, cuando todos los empleados venían en peregrinación a pedirnos balones. Cuando íbamos al hotel y los trabajadores, como veían que éramos de Nivea, nos los pedían. Posiblemente, dimos 20 mil balones volando (desde el helicóptero)".

Ahora puede parecer algo increíble, dado que estamos en una época en la que tenemos todo a nuestro alcance. Pero, en aquella España de los años 80, el hecho den cayeran pelotas desde un helicóptero, era toda una maravilla que nadie podía imaginar. "En aquella época estaba terminando mi carrera universitaria, tenía 22 años. Era impactante ver, desde el helicóptero, como una playa se activaba en cuanto nos acercábamos", comenta Pardo. De hecho, ese fue el último año que se pudieron lanzar objetos desde aeronaves porque la acción entablaba cierto peligro. Pero, ese año lo hicimos y el resultado es que estamos hablando de ellos varios años después.

¿Cómo terminó en ese helicóptero?

"Mi padre ha sido piloto de helicóptero civil toda la vida. Lo que ocurrió es que un verano salió este puesto que no exigía ningún tipo de titulación aeronáutica y se acordó de mí. Y automáticamente aparqué todo y me fui a tirar balones. Es un grato recuerdo, la típica oportunidad que o la coges o no vuelve a pasar otra vez" explica Luis. Los balones los inflaban con una pistola de aire comprimido que estaba conectada a la turbina del helicóptero. "Entre playa y playa yo inflaba el mayor número de balones que podía y, al llegar, los lanzábamos", agrega.

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