En 'Herrera en COPE'
“Robar una lata de refresco en algunos países puede suponer 5 años de cárcel”
Javier Casado es el director de la Fundación +34 que presta asesoramiento a los familiares de presos españoles encarcelados en el extranjero
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Gobierno empleó 410.610 euros en 2016 para atender a los 1.328 presos españoles que están encarcelados en el extranjero. Es la cifra más baja del último lustro. La población reclusa española en el extranjero rompió todos sus récords con la crisis económica, que coincidió con un aumento de las detenciones de españoles acusados de tráfico de drogas. En 2011 había más de 2.500 encarcelados fuera de España, fundamentalmente en Perú, Brasil, Marruecos y Francia. Desde entonces, la estadística se ha reducido año a año, y con ella el dinero que emplea el Gobierno en ayudar a los reclusos a través de embajadas y consulados.
Esta cifra ha ido disminuyendo gracias a fundaciones como la que dirige Javier Casado. “Cualquier ayuda es poco para Fundación +34. Tenemos a gente que incluso dona sus gafas para países en las que hay presos que tienen enfermedades de la vista, medicinas... La prensa casi toda colabora con nosotros, todo es bienvenido”. Así lo ha sugerido Javier en 'Herrera en COPE'.
Para este director, “la mayoría son presos en Perú captados aquí en España”. “La mayoría son mulas captadas como traficantes de drogas y como siempre, la peor parte se la lleva la familia, son los grandes perjudicados”.
NÚMERO DE PRESOS Y GASTO TOTAL
2011. 2.519 presos y 1.019.264 euros.
2012. 2.460 presos y 899.372,84 euros.
2013. 2.027 presos y 691.780,09 euros.
2014. 1.735 presos y 604.223,83 euros.
2015. 1.534 presos y 592.223,52 euros.
2016. 1.328 presos y 410.610 euros.
Las cárceles de Perú son muy diferentes a las españolas. Cuenta Casado que el afinamiento es pensado para 1.500 personas, pero que finalmente “entran más de 5.000 presos”. “La tuberculosis aflora en el ambiente”.
El director de la Fundación +34 cuenta que los encarcelados “tienen que pagar por dormir a unas disciplinas, que son otros presos aún más peligrosos para que puedan descansar como mínimo en el suelo de la celda, o sino, te vas al patio. Y en Lima hace mucho frío”.
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Hay otros países que no dejan de ser menos peligrosos. Es el caso de Tailandia, allí los turistas “no deben hacer chiquilladas ni cosas sin sentido”. Según Casado, robar un refresco en estos países puede suponer de 1 a 5 años de prisión”.
“Una de las cosas más tristes que he visto en mi vida, es ver a una persona en este país vendiendo caramelitos y diciendo que era español y no tenía nada que comer, a cualquiera se le retuerce el alma y le ayuda con lo que pueda”, ha lamentado.