En 'Herrera en COPE'

"Os tenemos vigilados, si habláis con la policía le puede pasar algo a su hijo”

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La Guardia Civil liberaba esta semana a un joven que fue secuestrado en la provincia de Toledo por una peligrosa banda que le tuvo encerrado durante horas en un cuarto de baño de un local abandonado, sin luz ni calefacción, atado de pies y manos y amordazado.

El joven habría sido abordado el pasado 21 de noviembre cerca de su casa en la localidad toledana de Santa Olalla por unos desconocidos que le introdujeron en un coche.

“Desde el primer momento nos dijeron que no avisáramos a la policía"

Al poco, los secuestradores se pusieron en contacto con su familia, a la que exigieron que hiciera efectivo un primer pago de 45.000 euros. “Desde el primer momento nos dijeron que no avisáramos a la policía, nos dijeron que nos tenían vigilados y que si lo hacíamos le podía pasar algo a mi hijo”, ha recordado en 'Herrera en COPE' su madre bajo el nombre ficticio de Aurelia quien ha agradecido el trabajo de la UCO.  “Me acompañaron en todo momento, hicieron un gran despliegue y me iban aconsejando”, ha contado.

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Aurelia ha relatado cómo los secuestradores se pusieron en contacto con ellos a lo largo de las 22 horas de secuestro. "Nos llamaban para pedirnos el dinero y me ponían un momento con mi hijo, pero le quitaban el teléfono enseguida".

"Me ponían un momento con mi hijo, pero le quitaban el teléfono enseguida"

Pese a las medidas de seguridad que empleaban los secuestradores en sus desplazamientos, los investigadores averiguaron que el joven se encontraba retenido en algún lugar entre las localidades de Santa Olalla y el Casar de Escalona.

Ante la presión policial derivada del amplio dispositivo desplegado por unidades de la Guardia Civil especializadas en secuestros, los autores liberaron a la víctima antes de realizar el pago de su rescate. ”Cuando le soltaron le dijeron que si contaba algo a la policía, la cosa no se iba a quedar así, que me lo dijera". 

Poco después, la Guardia Civil detuvo a tres personas por su supuesta implicación en el rapto, dos de ellos españoles y uno de nacionalidad rumana, si bien, según ha afirmado Aurelia "todavía no estan todos detenidos".

El joven, que fue trasladado al centro de salud, no presentaba más lesiones que las provocadas en las muñecas y en las piernas por las ataduras, aunque se encontraba aturdido. "Erto no lo vamos a poder olvidar, estamos un poco traumatizados y tendremos que aprender a vivir con ello", ha lamentado.

Según el resultado de las pesquisas, la trama fue urdida por unos peligrosos delincuentes de la zona, conocidos por la posesión de armas de fuego, su vinculación con el tráfico de drogas y el empleo de una violencia extrema en sus acciones.

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