La historia de superación de José Miguel Aznar, el mallorquín que padece ausencia congénita de ambos brazos
Relata, en 'Herrera en COPE', todo lo que ha logrado en su vida gracias a su constancia.
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El programa Herrera en COPE ha recibido este lunes a José Miguel Aznar, un informático mallorquín de 36 años que ha demostrado que los límites solo existen si uno los acepta. A pesar de haber nacido sin brazos por culpa de una enfermedad congénita, ha conseguido sacarse el carnet de conducir, un logro que le abre las puertas a una mayor independencia.
José Miguel, que además trabaja en una fundación para personas con síndrome de Down y autismo, practicó taekwondo durante 13 años porque sus padres le apuntaron para mejorar su estabilidad y aprender a moverse mejor con los pies. ““El taekwondo me enseñó a controlar mi cuerpo y sin duda, ha sido clave en mi vida”, ha comentado.
Durante la entrevista con Alberto Herrera, José Miguel explicó cómo ha desarrollado habilidades impresionantes con los pies. “Uso los pies como otros usan las manos. Desde atarme los zapatos hasta afeitarme la cabeza, todo es cuestión de práctica y adaptación”, ha relatado. En su canal de redes sociales, Bracitos con queso, comparte su día a día con humor y naturalidad.
Desde pequeño, José Miguel ha trabajado para valerse por sí mismo y ahora va a terapia ocupacional para perfeccionar técnicas. “Siempre he buscado ser lo más independiente posible, me las he arreglado yo solo. Para mí, un picaporte puede ser una herramienta útil para vestirme”, ha expresado.
El deporte ha sido un pilar fundamental en su vida, especialmente después de perder a un amigo por problemas de salud mental. ““Correr me ayudó a superar un momento difícil. Decidí enfocarme en mi bienestar, perdí 27 kilos, empecé a correr y ahora he completado dos medias maratones”, ha contado.
El motivo de su visita al programa fue celebrar su reciente logro: obtener el carnet de conducir, aunque también quiso denunciar la falta de ayudas. “Para adaptar un coche no hay ningún tipo de apoyo económico y eso hace que muchas personas con discapacidad no puedan acceder a la conducción. No hay ayudas para que podamos conducir”, afirmó.
José Miguel ha explciado que en su isla no hay autoescuelas con vehículos adaptados a sus necesidades. ““Tuve que ir a Bilbao porque en Mallorca no había coches adaptados. Necesitaba un coche con joystick y la única opción estaba en Bilbao, así que tuve que viajar y hacer todas las prácticas allí”, relató.
Tener un vehículo adaptado supone un coste enorme, ya que solo podía elegir entre cinco modelos compatibles con la tecnología que necesita. “Al final, me decidí por una Volkswagen Caddy, que entre el coche y la adaptación me ha costado 70.000 euros”, ha explicado.
Por último, y ante la falta de ayudas, José Miguel ha recurrido a la solidaridad de la gente. “Es increíble que no haya apoyo para algo tan básico como la movilidad, por eso estoy pidiendo ayuda para poder costear el coche. He lanzado un crowdfunding para poder financiarlo”, ha relatado a Alberto Herrera.