Miguel Ángel Tobías y su experiencia junto a 10 personas atravesando el Atlántico: “Solo existe la generación de los que estamos vivos, mientras estamos vivos”
El director y productor audiovisual visita Herrera para contar la experiencia vivida con 11 personas desconocidas para rodar un documental.
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Miguel Ángel Tobías, director y productor audiovisual, estuvo buscando durante un tiempo entre 17 y 80 años para realizar un viaje en barco. Pero no un viaje cualquiera.
Su objetivo era estudiar el comportamiento del ser humano en diferentes ocasiones. De personas que no se conocen entre ellos en un viaje de 32 días a bordo de un velero cruzando el Océano Atlántico.
Tobías ha explicado que este proyecto surgió al leer el obituario del antropólogo Santiago Genovés, que ideó meter a varias personas en una barca y llegar hasta México. Genovés plasmó este viaje en un libro “que me impactó tanto que yo pensé en hacer alguna vez esto. Era un viejo sueño. Pero en vez de escribir un libro, me propuse rodar un documental. 32 días de travesía que fueron una experiencia impresionante”.
Ha relatado que “el barco solo tenía 6 camas y no se dormía todos a la vez. Había que hacer guardias, pero tampoco se duerme más de 6 horas seguidas. Cae gente enferma y se rompen las guardias... eso fue lo más duro”.
Sin embargo, lo que se propuso Miguel Ángel Tobías lo consiguió: “Lo que quería era demostrar que no existen distintas generaciones. Que solo existe la generación de los que estamos vivos mientras estamos vivos. En este mundo en el que el edadismo está tan de moda, voy a demostrar con este documental cómo se pueden juntar gente de distintas edades cómo se puedes vivir demostrar que nos unen muchas cosas”
El productor ha comentado que en el libro Genovés, “el primer conflicto llegó por la autoridad. En nuestro viaje no hubo ningún problema. Con el tiempo se fueron generando roles de forma orgánica. No hubo ningún desencuentro. Solo hubo 11 personas, con todo cariño y solidaridad entre ellas”.
Tobías ha contado “cómo tuvimos un accidente casi mortal que afortunadamente quedó en un susto. Tuvimos rotura de velas, casi salimos volando por tormentas, hubo un fuego en el motor... vivimos circunstancias que demostraron cómo trabajando y llevando esas situaciones... todo salió bien. Lo que se demuestra es que si las personas nos mirásemos a los ojos y no hubiese tanta envida, el mundo seriá mejor”.
Por último, Miguel Ángel Tobías ha reconocido que “ninguno de los que llegamos a América, éramos los mismos que salimos de España. Yo a la llegada decidí no volver a trabajar. Me explico. No voy a volver hacer o estar donde el corazón me diga que no debo hacer o estar”.