'Crónicas perplejas': "Hay que recuperar la atención"
Habla Antonio Agredano de lo mucho que nos cuesta concentrarnos últimamente con todo lo que tenemos a nuestro alrededor para distraernos
Publicado el - Actualizado
1 min lectura
En esta sección de 'Herrera en COPE', Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus 'Crónicas perplejas'.
Mi cabeza es un avispero. Noto en su interior el zumbido constante y el desorden. Las ideas entran y salen volando. Cuando cierro los ojos, no para el ruido. Odio levantarme de madrugada y que el sueño tarde en volver. Vamos demasiado rápido.
Cada vez leo menos. A veces termino de comer, y no recuerdo ni un solo bocado. Se acumulan las series y las películas. Confundimos tramas y temporadas. No saboreamos la vida, la devoramos. El móvil nos distrae todo el tiempo. Pasamos el dedo una y otra vez por los mismos lugares. Tuits polémicos, bailes de moda, hamburguesas grasientas, gente explicando cosas.
Pero todos tenemos nuestro límite. Y, de repente, simplemente, paramos. Y nos miramos las manos con perplejidad. Porque nuestras manos son artesanas. No están hechas para lo vulgar, sino para lo preciso. Recuerdo a mi madre enhebrando la aguja. A mi padre pelando patatas. Me recuerdo a mí escribiendo de pequeño, sacando un poco la lengua, poniendo interés en la forma de las letras, en la curva de la «a», en el baile de las uves.
Hay que recuperar el tacto. Hay que recuperar la atención. Hay que recuperar el gusto por las cosas. El mundo tiene su mecanismo y su pausa. Hay que volver a confiar en la piel y en la mirada.
Y hacer callar al avispero. Porque los silencios son más fértiles que el ruido. Porque cada día tiene su labor y cada labor tiene su felicidad y su paciencia.