'Crónicas perplejas': “Se aprende más de lo que no hicimos que de lo que nos queda por hacer”

En esta sección de ‘Herrera en COPE’, Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus "Crónicas perplejas".

Nunca fui un buen estudiante. La lección iba por un lado y mi cabeza iba por otro. Se me hacían largas las clases. Salía al recreo como un buceador que sube a la superficie a coger aire. Perdí mucho tiempo. A veces me arrepiento. Otras veces pienso que estoy conforme con la vida que tengo y que quizá todas aquellas malas decisiones tenían un porqué.

Me pillaron copiando unas cuantas veces. Siempre fui de dejarlo todo para última hora y, claro, pasaba lo que pasaba. Odiaba las matemáticas y la física. Era incapaz de memorizar las fórmulas. Leía una y otra vez los problemas y era imposible encontrar, al menos, una pista de por donde empezar.

Si volviera atrás sería más constante, menos soberbio, más trabajador. Si volviera atrás sería más metódico, más permeable, menos viva la vida.

Pero, ya saben, los días solo tienen una dirección, que es hacia el mañana. Y lo que queda del pasado lo llevamos dentro. Nuestros aciertos y nuestros errores. Nuestras expectativas y nuestros fracasos.

Quisiera haber sido mejor estudiante, pero fui lo que fui. Yo hubiera querido vivir en un verano eterno. Ahora que soy mayor, me doy cuenta de que la vida es otra cosa. Y estoy compensando con mi trabajo aquellos días ociosos de mi juventud.

Pero todo pasa por algo. Todo tiene un sentido. Se aprende más del suelo que del cielo. Se aprende más de un adiós que de una bienvenida. Se aprende más de lo que no hicimos que de lo que nos queda por hacer.