'Crónicas perplejas': “Sé que la inocencia es una lupa que hace más grande el mundo”
Habla Antonio Agredano de negociaciones, de maneras de negociar
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En esta sección de ‘Herrera en COPE’, Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus "Crónicas perplejas".
Nunca me ha gustado esa gente que viene de vuelta de todo. Que de todo entiende. Que todo te lo cuestiona. Esas personas que creen que ya han transitado todos los caminos. Que no les queda nada por descubrir. Que creen que su voz es más pesada que las voces de los demás.
Creo que para la vida es necesaria cierta candidez. Una curiosidad infantil por las cosas. Escuchar, dejarse engatusar, pensar que todo es mejor de lo que parece ser. Creo que la vida es más ancha si somos más ingenuos. Me gusta ver a mis hijos abrir muchos los ojos frente a las luces, frente a las historias increíbles, me gusta que no cuestionen la fantasía, que no maticen lo imposible.
Por eso no soy bueno negociando, porque soy fácil de engañar. Leo las etiquetas de los vinos y pienso: “Es el mejor vino que voy a probar nunca”. Me recomiendan restaurantes con entusiasmo y pienso: “Es el mejor sitio donde voy a comer nunca”. Me gusta confiar. Me gusta abrazarme a las expectativas.
Y ojalá no perder nunca esa inocencia. Prefiero ser un pánfilo a ser un marisabidillo. Prefiero conservar la perplejidad pueril a ir por la vida con el carácter avinagrado del que todo lo ha vivido y del que de todo desconfía. Ya sé que no dan duros a cuatro pesetas. Pero también sé que la inocencia es una lupa que hace más grande el mundo.
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