'Crónicas perplejas': “Uno no puede cambiar a los demás, pero sí puede elegir su propia ruta”
Habla Antonio Agredano de la concentración y de cómo se concentra
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En esta sección de ‘Herrera en COPE’, Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus "Crónicas perplejas".
Como una vieja lavadora centrifugando. Así funciona mi cabeza. Ruidosa y vibrante. A veces, incluso molesta. “Estás todo el día inventando”, dice mi madre. Y es la verdad. Tengo el sueño agitado y el cuerpo en tensión constante. Una vez fui a una clase de yoga y fui incapaz de concentrarme, de detener el tiempo, de relajarme. Soy como un mapache que se ha quedado atrapado en un contenedor de basura.
Esta mañana he leído una frase que me ha hecho pensar: “Si quieres algo bueno, tómalo de ti mismo”. A veces, sobre todo en los días malos, me veo en esa obligación. En la de mirar hacia dentro. Buscar algo de paz en uno mismo. Templarse y seguir, que es la única manera de atravesar el fuego que es la vida.
Cuando necesito tomar decisiones salgo a correr. En diez kilómetros uno teje y desteje y el cansancio siempre ayuda a no actuar con demasiada impulsividad. Esa es mi concentración, agotar el cuerpo para lograr domesticar la cabeza.
Vuelvo a casa, me ducho, y el mundo se ve diferente. Uno no puede cambiar a los demás, pero sí puede elegir su propia ruta. Hay días raros, días exigentes, días ásperos… y la mejor forma de continuar el camino es pausando el corazón y la mente. Enfriando las preocupaciones. Centrarse en la luz y abandonar, lentamente, la sombra.
Somos fuertes. Solo necesitamos encontrar el tempo adecuado para esta melodía hermosa que es nuestra vida.
Las 'Crónicas perplejas' de la semana de Antonio Agredano
'Crónicas perplejas': “Para ser un friki había que tener tiempo, paciencia y la cabeza despejada"