Los nazis hicieron un falso campo de concentración con presos judíos a los que daban privilegios: "Su propia ropa"
Esta semana se cumplen 80 años de la liberación de Auschwitz, pero no fue el único campo de concentración, como repasa la historiadora Ana Velasco
![Campo de concentración de Theresienstadt, Arbeit Macht Frei signo encima de la puerta, pequeña fortaleza de Terezin República Checa](https://imagenes.cope.es/files/image_425_238/uploads/2025/01/28/67985783b0488.jpeg)
La historiadora Ana Velasco repasa curiosidades en la historia de los campos de concentración nazis tras el 80 aniversario de la liberación de Auschwitz
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Este 27 de enero se conmemoraron 80 años de la liberación de Auschwitz, uno de los campos de concentración más emblemáticos y trágicos de la historia, donde millones de personas, en su mayoría judíos, perdieron la vida en condiciones infrahumanas. Sin embargo, Auschwitz no fue el único campo de concentración que los nazis emplearon en su plan genocida. De hecho, a lo largo de la Segunda Guerra Mundial, los nazis idearon diversas estrategias para ocultar la magnitud de su crueldad, incluso creando falsos campos de concentración diseñados para engañar a observadores internacionales, como la Cruz Roja.
Este fenómeno se vio reflejado en el caso del campo de Theresienstadt, en la actual ciudad checa de Terezin, un lugar aparentemente diferente de otros campos de concentración, donde los prisioneros judíos gozaban de ciertos "privilegios". Sin embargo, como explica la historiadora Ana Velasco en Herrera en COPE, la creación de Theresienstadt fue parte de un sofisticado montaje para ocultar la verdadera naturaleza de la barbarie nazi.
En 1941, las SS establecieron el gueto de Theresienstadt, una ciudad en Checoslovaquia que originalmente fue una fortaleza militar. Sin embargo, en 1943, y tras recibir visitas de la Cruz Roja Internacional, los nazis decidieron transformar el lugar en lo que parecía un campo "humano" para ocultar sus crímenes ante los ojos del mundo. Según la historiadora Ana Velasco, este campo fue concebido para dar una impresión de orden y bienestar, a fin de crear la ilusión de un campo "modelo" que podría ser visitado sin levantar sospechas.
![VISTA AÉREA. Fortaleza militar de finales del siglo XVIII y campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Terezin (Theresienstadt en alemán), República Checa](https://imagenes.cope.es/files/content_image/uploads/2025/01/28/6798592cc9e62.jpeg)
VISTA AÉREA. Fortaleza militar de finales del siglo XVIII y campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. Terezin (Theresienstadt en alemán), República Checa
En 1944, con la amenaza de inspecciones internacionales, los nazis pusieron en marcha un elaborado montaje en el que los prisioneros de Theresienstadt parecían disfrutar de condiciones mucho mejores que en otros campos de concentración. Los judíos allí prisioneros podían conservar sus pertenencias, usar su propia ropa, escribir cartas a sus familiares y no se les afeitaron las cabezas como era costumbre en otros campos. Las autoridades nazis incluso les permitieron realizar actividades culturales, como conciertos y representaciones teatrales, con la intención de proyectar la imagen de que los prisioneros estaban bien tratados.
El engaño de la Cruz Roja
Sin embargo, esta "mejoría" era solo una fachada. Aunque las condiciones de vida en Theresienstadt eran relativamente mejores que en otros campos de concentración, no dejaban de ser terribles. Los prisioneros estaban hacinados, desnutridos y enfermos, y en seis meses, alrededor de 1.000 de ellos murieron debido a las condiciones extremas. La imagen de bienestar era, en realidad, una estrategia propagandística para desviar la atención de lo que realmente sucedía en otros campos de exterminio.
En junio de 1944, la Cruz Roja Internacional visitó Theresienstadt para investigar las denuncias sobre la situación de los prisioneros judíos. Las SS, conscientes de la importancia de esta visita, hicieron todo lo posible para que el campo pareciera en buen estado. Pintaron edificios, embellecieron las calles e incluso organizaron representaciones teatrales para distraer a los visitantes. Los prisioneros fueron obligados a preparar una fachada de normalidad, para que los observadores internacionales no sospecharan de la realidad de la masacre que se estaba llevando a cabo en otros campos, como Auschwitz.
Este engaño funcionó parcialmente: aunque algunos informes sobre la situación en Theresienstadt se filtraron, la Cruz Roja no pudo percatarse de la magnitud de las atrocidades que se cometían en otros lugares, ni de los crímenes que se realizaban bajo su propia nariz en el campo de Theresienstadt. Los nazis, en su intento de ocultar la verdad, también usaron este falso campo de concentración para engañar a la opinión pública internacional y diluir la creciente presión por las atrocidades cometidas en Europa.
![Cementerio conmemorativo de la Pequeña fortaleza de Terezin, también conocida como Theresienstadt, República Checa. Imagen en blanco y negro](https://imagenes.cope.es/files/content_image/uploads/2025/01/28/67985a083abc4.jpeg)
Cementerio conmemorativo de la Pequeña fortaleza de Terezin, también conocida como Theresienstadt, República Checa. Imagen en blanco y negro
Aunque la propaganda nazi en Theresienstadt pareció funcionar a corto plazo, la realidad de lo que sucedía en el campo era mucho más siniestra. Tras la visita de la Cruz Roja, las deportaciones y las masacres continuaron. En total, alrededor de 90.000 prisioneros fueron deportados desde Theresienstadt, y miles de ellos fueron asesinados en los campos de exterminio, especialmente en Auschwitz. El caso de los prisioneros de Theresienstadt es un recordatorio de hasta qué punto los nazis estaban dispuestos a manipular la realidad para ocultar sus crímenes.
Un falso campo de concentración
En marzo de 1944, miles de prisioneros de Theresienstadt fueron enviados a las cámaras de gas, y otros sufrieron experimentos médicos inhumanos, como fue el caso de los gemelos. La propaganda nazi también tenía como objetivo crear una falsa narrativa sobre la vida de los prisioneros, y en algunos casos, se les pidió que enviaran postales a sus familias con fechas posteriores a su muerte, para engañarles sobre su destino.
En junio de 1944, el informe Vrba-Wetzler, elaborado por prisioneros que lograron escapar, alertó al mundo sobre la magnitud de la masacre nazi en Auschwitz, incluyendo las deportaciones desde Theresienstadt. Aunque la noticia fue difundida por la BBC, la realidad de los campos de concentración continuó siendo desconocida para muchas personas en ese momento.