Un noruego llega a la sierra de Madrid por trabajo y, 125 años después, es responsable de que hagas este deporte
La historiadora Ana Velasco descubre la figura de Birgen Sörensen y cómo a principios del siglo XX llegó a la Península Ibérica, descubrió una nueva práctica deportiva
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En las vertientes nevadas de la Sierra de Guadarrama, un desconocido noruego se convirtió en el pionero de una actividad que hoy es un referente para miles de aficionados en toda España. Su nombre es Birgen Sörensen, y su llegada a Cotos, en la Comunidad de Madrid, a principios del siglo XX, marcó el inicio de una historia que, 125 años después, sigue viva con cada trazo de esquí sobre la nieve.
Ana Velasco, historiadora, ha descubierto la figura clave de Sörensen a través de su investigación, que pone en contexto el nacimiento del esquí en España. Este relato lo descubre en Herrera en COPE Alberto Herrera con la historiadora sobre los orígenes del esquí en la Península Ibérica.
Según Velasco, el esquí en España tiene una historia que va mucho más allá de la conocida popularización de este deporte en los años 80. A pesar de ser un destino turístico internacionalmente famoso por sus playas, España ha sido desde siempre una nación de montañas, lo que hizo que, a principios del siglo XX, un noruego como Birgen Sörensen reconociera en la Sierra de Guadarrama un paraje perfecto para este deporte. "Lo que parecía un simple trabajo en una explotación maderera cerca de Cotos, acabó siendo el comienzo de una tradición que hoy en día es parte fundamental de nuestra cultura invernal", afirma Velasco.
El noruego Birgen Sörensen llegó a España en 1900, contratado como supervisor en una explotación maderera. Fascinado por el paisaje montañoso de la Sierra de Guadarrama, Sörensen vio el potencial para practicar el esquí, un deporte arraigado en su país natal. Pronto se dedicó a fabricar sus propios esquís y a enseñar a los lugareños, lo que llevó a la difusión de la práctica entre los habitantes de la zona.
El pionero que trajo el esquí a España
La historia de Sörensen es una de esas historias que parecen quedar en la sombra, pero que, como bien señala Ana Velasco, fueron esenciales para el desarrollo de muchas de las tradiciones deportivas actuales. En cuanto los primeros entusiastas locales empezaron a practicar el esquí, se sentaron las bases de lo que más tarde sería una red de estaciones de esquí, primero en la Sierra de Guadarrama y, con el tiempo, en todo el país. Uno de los primeros nombres a destacar en esta nueva pasión por el esquí fue Manuel González Amezúa, quien fundó en 1908 el Club Alpino Español, un hito en la historia de la práctica de deportes de montaña en España.
El impulso inicial dado por Sörensen y otros pioneros no tardó en calar hondo en la sociedad española. Con el tiempo, el esquí se fue expandiendo a otras regiones, como Huesca y Cataluña, y se fueron inaugurando las primeras estaciones de esquí en el Pirineo y la Sierra de Guadarrama. En 1923, la inauguración de un tren que conectaba Barcelona con las estaciones de esquí catalanas facilitó el acceso a la nieve y amplió el radio de acción de este deporte, consolidándose como una actividad deportiva y de ocio muy popular.
De hecho, una de las primeras estaciones de esquí de España, Candanchú, comenzó a ser frecuentada en 1910 por un grupo de jóvenes autodidactas, y en 1928 fue oficialmente inaugurada. A lo largo del siglo XX, otras estaciones como Navacerrada, Sierra Nevada y Valdezcaray impulsaron el crecimiento del esquí en todo el país.
Como bien apunta Velasco, a medida que el esquí ganaba popularidad, el deporte se fue modernizando. La introducción de los remontes mecánicos en las décadas de los 40 y 50 revolucionó la forma de esquiar, haciendo más accesibles las estaciones y permitiendo que los esquiadores disfrutaran más del deporte. En 1943, se instaló el primer telesquí de España en la estación de La Molina, lo que marcó un punto de inflexión en la experiencia del esquiador español.
Un legado que perdura
Hoy en día, las estaciones de esquí españolas están entre las más concurridas de Europa, y el esquí ha llegado a ser una parte integral de la cultura de invierno del país. Desde las primeras huellas de Sörensen sobre la nieve madrileña hasta los avanzados telesillas y telecabinas de última generación, la evolución de este deporte ha sido imparable.
La historia de Birgen Sörensen no solo es una historia de trabajo y pasión por un deporte, sino también una historia de contribución a la cultura española. La figura de este noruego pionero, descubierta y desentrañada por Ana Velasco, representa ese eslabón olvidado que conecta a los esquiadores de hoy con las primeras trazas de esquí que marcaron el camino. Gracias a él, y a los primeros seguidores del esquí en España, podemos hoy disfrutar de un deporte que une a miles de personas en las montañas españolas cada temporada.