El comentario de Santi González del jueves 27 de diciembre de 2018

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Santiago González

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Bien está lo que bien acaba. Después de los caprichosos meandros por los que ha conducido su estrategia el candidato Marín, ayer se produjo el acuerdo sobre la Mesa del Parlamento andaluz tan largamente esperado. Había dado mucho que hablar la foto del desayuno con Podemos y Juan Marín, que estuvo picarón, dijo aquí que nadie le había preguntado, pero que también habló con el dirigente de Vox Francisco Serrano.

Tenía razón. Debimos haberle preguntado a qué hora, porque informó ABC de Sevilla que la llamada se produjo a las ocho de la tarde, unas diez horas más tarde y sin contacto, que la proximidad de Vox produce asquito a la virtud.

Juan Marín ya había producido asombro los días en los que se postuló para presidente de la Junta habiendo quedado el tercero, para lo que reclamaba la complicidad y apoyo del segundo y la anuencia del PSOE, que debía colaborar con algún grado de entusiasmo en la voladura de su régimen andaluz. El reparto de la mesa es razonable y con una mayoría a favor del cambio que prescribieron los andaluces el pasado día dos.

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