Luis del Val: "Marlaska está convencido de que los demás somos tontos y él es el listo de la clase"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

En estos días en que se conmemoran acontecimientos históricos de humildad y sacrificio que conmovieron al mundo, y lo cambiaron, es curioso contemplar cómo en el panorama político cualquier humildad o cualquier sacrificio, no tiene ni cabida, ni asiento. Ahí tienes a los secesionistas catalanes, tan preocupados por luchar contra la pandemia, que están a punto de repetir las elecciones para que ese público que tanto les vota lo vuelva a hacer, y repitan este espectáculo de yo quiero un millón, y el control de TV 3, y la consejería de Economía, exigencias del mismo individuo que les dijo a sus compañeros de fechoría: “Mañana, nos vemos en los despachos”, y que, nada más decirlo, cogió un coche y huyó, gracias a lo cual los demás fueron a la cárcel y él se convirtió en Prófugo.

Y no te digo el ambiente en el ministerio del Interior, donde para explicar la patada en la puerta, y la invasión del domicilio sin orden del juez, argumentan que los pisos turísticos no son domicilio habitual. Claro, tíos. Y la habitación de un hotel, tampoco. Pero ¿conocen algún país democrático donde la Policía le pegue una patada a la habitación que ocupa un ciudadano en un hotel, y se ponga a registrarla sin una orden judicial? Es enternecedor que el ministro de Interior, el cada vez más pequeño Marlaska, esté convencido de que los demás somos tontos y él es el listo de la clase.

El soberbio que cesó a un honesto guardia civil que se negó a prevaricar, pero también el servil y sumiso ministro que acerca al asesino de Miguel Ángel Blanco y a su pareja al País Vasco, como premio a esa hazaña de disparar dos tiros en la cabeza a un hombre esposado y de rodillas. No hay soberbio que no se muestre untuoso y obediente ante el superior, y si el superior le pide que acerque a los más execrables asesinos, porque hay que tener contentos a los de Bildu, ahí está Marlaska para cumplir los deseos del jefe. No piensen que vaya a dimitir. El jefe le ha dicho que se quede. El jefe es de la misma cofradía y asegura que España está en los rankigs de mayor libertad, tras la censura que llega de Estados Unidos. Debe ser el famoso ranking de Modorro de los Infantes. Y es que el jefe también cree que los demás somos tontos y él es el más listo. Siempre han sido así, pero en estos día deslumbra el contraste.