Luis del Val: "Tengo que confesar que los antifascistas de Vallecas me decepcionaron bastante"

A la hora de enviar antifascistas a su antiguo barrio, "Pablo Iglesias se tiene que esmerar más", dice el profesor

Luis del Val

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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE" en los incidentes de Vallecas en el arranque de campaña de Vox:

[ESCUCHA AQUÍ LA IMAGEN DEL DÍA DE LUIS DEL VAL EN "HERRERA EN COPE"]

"Casi me produce vergüenza, pero tengo que confesar que los antifascistas de Vallecas me decepcionaron bastante. Esperaba algo más. Ahí tienes a los antifascistas catalanes con sus cócteles molotov, sus pateos a los coches policiales, y la rotura de escaparates, que viene a ser como el colofón del buen antifascista. Los de Vallecas se limitaron a lanzar botellas y piedras, lo que haría cualquier alumno que estuviera en primero de Antifascismo. Usted, Pablo, Iglesias, ha vivido en un barrio proletario, se marcha de él, porque ha aumentado su patrimonio predicando el antifascismo y, a la hora de enviar antifascistas a su antiguo barrio, se tiene que esmerar, que la gente está esperando que se luzca.

Hombre, hubo algo positivo y es que patearon a un policía en el suelo, que es una de las cosas que más le reconforta al antifascista Pablo Iglesias, que sabe que todo policía es fascista, me imagino que incluidos los policías que guardan su residencia de Galapagar para evitar ataques de los peligrosos fascistas.

Mira que los llamados fascistas de Vox van tranquilos, educados, muestran buenas maneras, cumplen las leyes, piden permiso para organizar un mitin, y jamás dicen que van a destronar al jefe del Estado, pero a los inteligentes antifascistas de las mareas y Unidas PodemAs no les engañan, y saben que han ido allí a provocar. Y, claro, las provocaciones los antifascistas no las aguantan. A Hitler le pasaba igual. Un hombre tranquilo, amante de la paz, pero, claro, veía un judío y, ante esa desvergonzada provocación, lo metía en un tren camino del campo de exterminio, como Lenin, cuando se encontraba con un cristiano ortodoxo, lo metía en otro tren y lo enviaba al Gulag a que se muriera de frío. Los antifascistas de Vallecas son gente tranquila y pacífica, pero no aguantan un judío, perdón, quiero decir a alguien de derechas, y si les provocan ya no se pueden aguantar como es lógico. No hace mucho en mi pueblo, en Zaragoza, un antifascista vio a un tipo que llevaba unos tirantes con la bandera española y no salió vivo. Esas cosas pasan por provocar. Ahora bien, me han decepcionado. Estos antifascistas de Vallecas son muy flojos. Ni un cóctel molotov. Sólo piedras y botellazos. Un fracaso".

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