Luis del Val: "El mutismo del Presidente en funciones es porque no quiere amargarnos las fiestas"
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En ocasiones, el espíritu de la Navidad brujulea, se esconde, disimula. La petición del “prófugo” para que cambie su criado, el ciudadano Torra, al vicepresidente de la Generalidad, Pere Aragonés, que es de Esquerra, por otro de Junts per Cat, debe obedecer al espíritu navideño del “prófugo” para que los Reyes Magos le traigan una vicepresidencia a uno de los suyos. La sospechada petición del preso Junqueras para que la inhabilitación sobre Torra sea más rápida de lo que los procedimientos habituales aconsejan, se debe al espíritu navideño para que Pere Aragonés, amigo del preso pase, automáticamente, a presidir la Generalitat.
La aparente paz, el cese del corte en las autopistas, en las que tanto le gusta participar Torra y su familia, se han suprimido por el espíritu de la Navidad, no porque se esté negociando la investidura del presidente en funciones, en funciones de reenganche.
El mutismo del Presidente en funciones, que ha roto con la costumbre tradicional de que el Presidente del Gobierno mantuviera un largo encuentro con la Prensa y repasara el año, no va a tener lugar debido, precisamente, al espíritu navideño, porque no quiere amargarnos las fiestas y tener que contar que los últimos tres meses son de una preocupante caída de la producción en las fábricas y también en los servicios. El Presidente en funciones, en funciones de reenganche, como no miente, ni ha mentido nunca, no ha querido trasladarnos una mala noticia y amargar el espíritu de la Navidad.
Asimismo, la Abogacía del Estado, a la que Papá Noel le trajo una papeleta, puede que espere la llegada de los Reyes Magos para ver si, con su ayuda, la resuelve. Los que más saben de leyes son los jueces, los notarios y registradores de la propiedad y los abogados del Estado, porque lo han tenido que demostrar superando las oposiciones más duras de España. Y saben tanto los abogados del Estado, que se las saben todas, y saben que su cliente es el Gobierno, y al cliente hay que darle la razón, pero también saben en qué momento un dictamen, un estudio o un escrito no está bien fundamentado en Derecho, lo cual se les criticaría y, además, significaría hacer el ridículo sin extraer ningún beneficio. Porque, además, la Abogacía del Estado puede defender que Orión Junqueras sea premio Nobel de La Paz, Princesa de Asturias y que esté en libertad, pero lo del Premio Nobel lo deciden los suecos, lo de Princesa de Asturias es imposible, porque Junqueras no es infanta, y su libertad depende del Tribunal Supremo, que ha dictado sentencia de 13 años en Prisión. Claro que podría ocurrir que, debido al espíritu navideño que, tal como comprobamos, se ha instalado entre nuestra clase política, el Gobierno en funciones, se convirtiera en Gobierno en funciones de indultar, e indultara al preso del que depende la formación de Gobierno. Hay un detalle, no tan pequeño, y es que el presunto indultado, antes de serlo, debe arrepentirse por escrito de lo que ha llevado a cabo, y asegurar que no lo volverá a hacer, todo lo contrario de lo que ha venido diciendo Oriol Junqueras hasta ahora. Pero lo hermoso, como han podido observar, es el espíritu navideño que empapa a nuestra clase política. Casi, casi se me humedecen los ojos ante tanta falta de egoísmo.