Luis del Val: "El problema es confundir tu estado fisiológico y mental con la ilusión de creerte joven"
Habla el profesor de la renuncia de Joe Biden a la reelección de la presidencia en Estados Unidos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE” en Joe Biden y su renuncia a la reelección de la presidencia en Estados Unidos:
El político estadounidense no es diferente a cualquier otro, y actúa correctamente, cuando se vuelven evidentes las razones espirituales, o sea, el dinero. En cuanto los que aportaban el dinero a la campaña electoral -tanto empresas como particulares- dijeron que si Biden seguía no daban un dólar más, el sentido patriótico cundió por el partido, y Biden no dudó en poner por carta su lealtad a los intereses de la patria.
Confieso que, en un principio, hace ya bastante, yo apoyaba la postura de Biden, por compañerismo, claro, y porque estoy en contra de la efebocracia. Pero cuando comenzó a exhibir esas carreritas de yayo para acudir a la tribuna, como si quisiera demostrar lo ágil que estaba y, sobre todo, cuando ya confundía los nombres, me pasé al bando de los críticos.
Cuando a Zelenski le llamó Putin, pensé que Zelenski, recordando su pasado de actor y guionista, le iba a contestar a Biden, diciéndole: “No se preocupe, María Asunción, yo también me confundo mucho con los nombres”. Todas las personas tenemos cuatro edades: la del calendario, la fisiológica, la mental, y la que nos creemos.
Hace poco hablaba de Héctor Alterio que, a sus 92 años, aguanta sobre el escenario una función de hora y media. Y Eloy Arenas, en el Maravillas, a un año de cumplir la edad en que se jubilan los cardenales, arranca carcajadas continuas sin sentarse una sola vez. El problema no es la edad de los calendarios, sino confundir tu estado fisiológico y mental, con la ilusión de creerte joven. Por eso, ves a ancianos que se arrastran a la puerta de la escuela, a recoger, no a su nieto, sino a su hijo, porque con una avanzada edad, ya hace diez años, creyeron que estaban en forma para crear una nueva familia. Y, claro, te puedes confundir de botón, pero si eres presidente de Estados Unidos, y no distingues el botón de la secretaría con el botón nuclear, el que va a donar unos miles de dólares piensa si su generosidad no va a ser un paso al suicidio.
Por cierto, si se confirma lo de Kamala Harris, que tenga cuidado con el otro señor mayor, de 78 años, que en los intervalos de un debate, igual se le va la mano a ese lugar donde la espalda pierde su honesto nombre. Porque Trump sí que se cree que es más joven y que las mujeres están para echarles una mano. Sí, precisamente a esos sitios.