Luis del Val: “Recordé una película de Woody Allen al ver las imágenes del espectáculo montado por Moncloa”

Habla el profesor del acto que montó este lunes Pedro Sánchez en Moncloa para dar respuesta a la pregunta de 50 ciudadanos

Luis del Val

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Luis del Val pone el foco de la imagen del día en el ‘montaje’ de este lunes de Pedro Sánchez en Moncloa para dar respuesta a la pregunta de 50 ‘ciudadanos’:

La película creo que se titula ‘Recuerdos’, y tiene un comienzo brillante. El protagonista, Woody Allen, está sentado en el vagón de un tren, detenido en una estación. Woody Allen observa a sus compañeros de viaje y, a medida que mira sus facciones, comienza a intranquilizarse, porque todos muestran una expresión triste, angustiada, torva o cercana a la violencia. Y, de alguna manera, todos son feos, o, por decirlo de una forma, más cortés, no hay ninguna belleza. El protagonista vuelve a repasar la compañía en la que viaja, por temor a haberse confundido en sus observaciones, pero este segundo examen le corrobora la impresión del primero. Angustiado, sin saber qué hacer, mira por su ventanilla y ve otro vagón paralelo al suyo, también detenido, pero allí las mujeres y los hombres visten de manera elegante, están alborozados, beben champán y su alegría es tan manifiesta que Woody Allen se levanta, e intenta cambiarse de vagón, pero en ese momento el tren en el que viaja emprende la marcha y sólo puede constatar con melancolía que viaja en el vagón equivocado de la vida.

Me acordé de la película al contemplar ayer retazos de las imágenes del espectáculo montado por Moncloa. Pedro I, El Mentiroso, ha sabido elegir el vagón. El casting ha seleccionado gente de apariencia normal, sin angustias, preocupada por grandes asuntos como el feminismo y el cambio climático. Mañana, en las puertas de los colegios, los padres y madres de los alumnos no harán otra cosa que comentar las noticias sobre el cambio climático y la evolución del feminismo. Hay vagones llenos de gente pesada que no habla de otra cosa que de la cesta de la compra, de lo caros que son los libros y de la subida de la luz. Pero Pedro I, El Mentiroso, sabe que es necesario elegir bien el vagón en el que vas a viajar. Y ha acertado. Lo único que ocurre es que el viaje de la vida es largo y no siempre viajas en el mismo vagón: suele haber transbordos, paradas inexplicables, retrasos, averías inesperadas que obligan a tomar el equipaje y cambiarte a un incómodo autobús. Incluso hay veces que no te espera un avión para llevarte a ti solo, sino que tienes que tomar un taxi que te lleve a la estación. Son las incidencias que te depara el tren de la vida.

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