"Manuela Carmena está tan profundamente conmovida que no se ha pronunciado en contra del escrache a Villacís"

Luis del Val

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Ya han pasado más de tres años, pero todavía recuerdo, estremecido, el escrache a que fue sometida Carolina Bescansa, cuando acudió con su bebé al Congreso de los Diputados, los insultos de aquél grupo de extrema derecha, que reclamaba mano dura contra los okupas, la intervención de la policía ante los llantos del bebé, para que la madre y su hijo pudieran acceder al Congreso, y la enérgica repulsa de las Asociaciones Feministas que, como una sola mujer, acusaron de machismo a los componentes del grupo del escrache, de la misma manera que me avergüenza, que ni el PP, ni Ciudadanos mostraran su solidaridad con Carolina Bescansa por el acoso sufrido. Bueno, todo esto  que he contado es falso. Es falso que Carolina Bescansa sufriera un escrache con su  bebé, no sabemos la reacción que hubieran tenido PP y Ciudadanos ante el escrache a una mujer y su bebé, y tampoco conocemos cuál hubiera sido la reacción de las asociaciones feministas.

Lo que sí  sabemos es que, ante el escrache sobre una mujer,  a punto de dar a luz, y  que sigue en campaña electoral, sufrido ayer por Begoña Villacís, candidata a la alcaldía por Ciudadanos, la mayoría de los partidos políticos rivales y afines le han mostrado su solidaridad, pero Manuela Carmena, ha debido quedar tan afectada, tan profundamente conmovida, que todavía no  ha mostrado su postura en contra del escrache, al menos si lo ha hecho no  nos hemos enterado. Begoña Villacís creo que será madre mañana, porque los médicos han decidido adelantar el parto, y esta circunstancia tan peculiar y evidente  -porque no hay que ser ginecólogo para saber, cuando estás ante Begoña Villacís que está en un avanzado periodo de gestación-   ha debido dejar tan estupefactas a las asociaciones feministas, que, lo mismo que le ha sucedido  a Manuela Carmena, todavía deben estar reunidas para redactar un  duro comunicado, que se nos antoja que será claro y contundente. A no ser que estas chicas tan sensibles cuando alguien lanza un piropo a una mujer, tan enfadadas cuando dices correctamente la juez, en lugar de la jueza, hayan cambiado de criterio, y consideren que el escrache a las embarazadas es una circunstancia positiva que debe alentarse y facilita el desarrollo feliz del embarazo. 

Por cierto, señoras y señores escrachadores  -digo señoras y señores para que las feministas no se enfaden- los desahucios no son competencia de los ayuntamientos, sino de los juzgados, y son una consecuencia de la aplicación del Código Civil. La capacidad de un alcalde para cambiar el Código Civil es la misma que tiene para varias el Código Penal o para influir en la programación de la industria automovilística en Europa, o en las pausas de pesca del bacalao en Escocia. Dirijan sus gamberras manifestaciones hacia el Congreso de los Diputados que es donde pueden cambiarse las leyes, y dejen a las embarazadas en paz. Y prepárense a sufrir con la bronca de las asociaciones.