Luis del Val: "Baleares se prepara para contratar a dedo a cuñados, amigos, vecinos..."
Y esto con los fondos europeos para la recuperación económica maltrecha por la pandemia de la covid
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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE" en lo que va a hacer Baleares con los fondos europeos:
[ESCUCHA AQUÍ LA IMAGEN DEL DÍA DE LUIS DEL VAL EN "HERRERA EN COPE"]
"En el diario ABC se publica una información sobre la manera en que el Gobierno balear se prepara para el día, posiblemente lejano, en el que llegue el préstamo de los 140.000 millones de euros. Lo firma Maite Amorós, léanlo, aunque no vivan en Baleares, porque cuando las barbas de tu vecino de Baleares veas cortar, pon las tuyas a remojar. Escuchen este párrafo del decreto: “el Gobierno Balear podrá hacer un procedimiento extraordinario de selección de funcionarios interinos de manera simplificada”. ¡Qué bonita, qué bonita, es la literatura administrativa y sus eufemismos legalistas! Les voy a traducir, gratis total, sin costo alguno por la traducción, lo que significa “procedimiento extraordinario de selecciones de funcionarios interinos de manera simplificada”. Esto significa contratación a dedo de cuñados, amigos, vecinos, familiares y gente con el gran mérito de militar en el partido que gobierna la autonomía. Todavía no han llegado esos fondos que nos van a traer una deuda que pagarán nuestros hijos y nuestros nietos, y ya están en alguna autonomía, como en Baleares, echando cuentas de la cantidad de puestos de trabajo que van a crear, sean o no sean útiles o necesarios, que la utilidad la decide la autoridad mal llamada competente, o sea, la autonomía convertida en oficina de empleo para afines.
Eso en la autonomías, donde llegará la calderilla, porque el plato principal, es decir, el costillar, las paletillas y los solomillos, los repartirá esa agencia creada por el presidente del Gobierno, donde no entra nadie que no pertenezca a la cofradía gubernamental, transparencia para qué, que diría el Lenin español de turno.
Veo la primera llegada de ese dinero, que debería servir para remontar nuestra maltrecha economía, y no se me borra de la mente contemplar a una pandilla de embriagados, nadando entre millones, y repartiendo dinero -“a esta empresa sí, a esta, no, bueno, sí, que es que el dueño es amigo del presidente”- y me produce un desánimo y una tristeza difícil de explicar. No sé qué hemos hecho para merecer esto. Bueno, sí, lo sé, pero no voy a decir nada, porque estamos en campaña electoral, y no quiero ser tan partidista como los que van a repartir el solomillo y la calderilla".
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