Luis del Val, el Día de los Inocentes: "Cada semana nos cuelgan algún monigote en la espalda"

El profesor se empeña en demostrar con su fina ironía por qué las bromas en este día ya es algo decadente

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Luis del Val explica por qué el Día de los Inocentes está en decadencia

Luis del Val

Publicado el - Actualizado

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Somos una sociedad que para recordar el terrible mandato de ordenar la muerte de todos los niños menores de dos años -que por eso el día de hoy se denomina Día de los Inocentes- lo hemos convertido en un día de bromas, ya decadente, un gamberrismo de tercera división que cada año tiene menos adeptos.

Quizás tenga su explicación en que no pasa semana sin que a los españoles nos cuelguen algún monigote en la espalda.

Ayer, nos colgaron el de la buena marcha económica, cuando tenemos un poder adquisitivo un 20 % menor que la media europea; nos cuelgan, casi todos los meses, el monigote de que a los ricos se les abrasa a impuestos, cuando los trabajadores y las clases medias ocupamos el cuarto puesto de país con mayor presión fiscal; los jóvenes llevan colgado el monigote de la limosna cultural, cuando soportan la mayor tasa de paro de toda Europa, y el monigote de las 180.000 viviendas, que iba a construir Pedro I, El Mentiroso, se tradujo en una Ley de la Vivienda, que espantó a los caseros, retiro del mercado decenas de miles de pisos, y tanta protección descabellada ha fomentado la subida del alquiler.

Los chicos en edad escolar llevan el monigote de pasar de curso con suspensos, con lo cual aliviamos el fracaso escolar, y los vagos, los perezosos, tienen el mismo mérito que los estudiosos, mientras el Informe Pisa nos habla de que, año a año, nuestros escolares están peor formados.

Es como el monigote del contrato fijo discontinuo, que quita de las estadísticas al parado real, pero sigue en el paro.

Y, hoy, con el monigote de la buena convivencia y normalidad política, veremos en Pamplona la concordia entre el partido liderado por un secuestrador de ETA -con el que Pedro I, el Mentiroso, dio su palabra de no pactar-, y los socialistas navarros, que son ya tan mentirosos como su jefe.

El resto de los pamploneses protestará, pero no pasa nada, porque todo el que no sea del partido progresista Bildu, o socialista, es un facha de extrema derecha, que se queda al otro lado del muro de la concordia, la paz, el progreso y el avance hacia el referéndum, que ya no se niega, sino que no se admite o no se está de acuerdo.

El progreso resulta que era un muro, construido con decenas de monigotes, que llevamos clavados a nuestra espalda.

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