Luis del Val: “Hay personas que mueren por lograr la libertad, y hay otro sector que vive de esa lucha"

Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE” en los venezolanos fallecidos mientras clamaban libertad tras las elecciones presidenciales del país que han otorgado una dudosa victoria a Nicolás Maduro:

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Nunca sabremos sus nombres, ni quiénes eran sus amigos y familiares; solo sabemos que murieron por salir a la calle para reclamar la libertad que les ha arrebatado un tirano sangriento, y que es el autor intelectual de esas muertes, un tal Nicolás Maduro, Rey del Pucherazo, como lo reconoce la Organización de Estados Americanos.

Sí, en cambio, sabemos los nombres de un tal Monedero, que ha dicho que hay que aceptar el pucherazo, y tragárselo y engullirlo, como si fuera una rata viva, y sabemos también el nombre de un tal José Luis Rodriguez Zapatero, que fue presidente del Gobierno de España y, en un proceso de degradación insólito, parece que ha derivado en encargado de relaciones públicas del tirano sangriento. Se ve que hay personas que mueren por lograr la libertad, y hay otro sector que vive de esa lucha.

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Sin tanto peligro, pero demostrando una gran dignidad, socialistas españoles de diversas autonomías, han salido a protestar por el desguace de la Hacienda del Estado en favor de Cataluña y en perjuicio del resto del territorio. Por cierto, en el acuerdo para que sea presidente Salvador Illa -sujétese al volante si va conduciendo- se anuncia la multiplicación de las embajadas de la Generalitat, esos elementos imprescindibles para la soberbia egocentrista del separatismo, que aumentan la deuda, y que vamos a tener que pagar entre todos, ejemplo del despilfarro de unos supremacistas de papel de estraza.

Y, claro, los socialistas, con cierto sentido común, se rebelan y manifiestan su perplejidad y su asombro de que el socialismo, la igualdad que defiende el partido, se haya transformado en una humillación de los más débiles, y en un apuntalamiento de los privilegios de los más ricos.

Eso sí, el Ejército que nos defiende, los sueldos de los funcionarios en Tribunales, y las infraestructuras en ferrocarriles y aeropuertos, y tantas otras cosas, las seguiremos pagando aragoneses, manchegos, extremeños y un largo etcétera, que tendrán menos recursos, menos camas hospitalarias, y menos médicos y enfermeros.

Bueno, alguno se morirá, y nadie sabrá sus nombres, como tampoco sabemos los nombres de esos 6 venezolanos, las últimas víctimas de un déspota sangriento, que, por cierto, tiene defensores con nombres y apellidos.

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