Luis del Val: “Los mayores de 35 estamos celosos. Ni un pase a los toros, ni un vermú, ni un recuerdo”
Habla el profesor de la preocupación de Pedro Sánchez con la juventud en su camapaña electoral
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Luis del Val pone el foco de la imagen del día de ‘Herrera en COPE’ en la 'obsesión' de Pedro Sánchez por la juventud a la que hace promesas electorales:
No quisiera molestar a nadie, y menos a ti, Carlos, pero noto en este programa una escasa comprensión hacia Pedro I, El Mentiroso. Creo que deberíamos entender que, después de cuatro años sin haber mostrado ninguna preocupación por los jóvenes y sus viviendas, es lógico que quiera remediar el olvido. Puede que el camino de Damasco hayan sido las elecciones, pero nunca es tarde si la promesa es buena, y hay quien se la crea. Es cierto que, a veces, después de tantos ofrecimientos, echas en falta aquello de “y dos huevos duros”, que reclamaba Groucho Marx, pero creo que debemos ser tolerantes, debido a lo largo del olvido.
Sólo hay una cosa que me preocupa, y es la ampliación del término juvenil con respecto a la edad. Me he acostumbrado a lo de los treinta años, aunque no puedo extirpar de mi mente, que un ciudadano, a los 30 años, no es una jovencita para irse de Interrail con un mochila, pero es que, ayer, cuando Pedro I, El Mentiroso, ve que lo de los alquileres se le ha quedado pequeño, y pasa a subvencionar hipotecas para jóvenes, habló de treinta y cinco años. “¡Caramba!”, exclamé, España se va a convertir en el país de la semieterna juventud… De los héroes del dos de mayo, Daoiz y Velarde -que tanto admira el ministro Bolaños- el capitán de artillería, Velarde, no había cumplido los treinta, cuando murió por la Independencia de su país, y nadie se lo imagina como un jovencito.
Jesucristo murió a los 33, y tampoco en el imaginario de creyentes o agnósticos aparece como un joven. Me recuerdo a mí mismo y a mis amigos, recién cumplidos los treinta, y todos ya éramos padres y madres de familia. Por si fuera poco, va cualquier aspirante a buscar un trabajo -macho o hembra- y el de recursos humanos, cuando ve en el currículo que está a punto de cumplir los cincuenta, es muy posible que diga eso de “Ya le llamaremos”. O sea, que por un lado, Pedro I, El Mentiroso, ha rejuvenecido a la población española, gratis total, pero, por otro, vas a pedir un trabajo, y a los 49 años estás amortizado. Y, encima, los de Podemos, enfadados con lo de las hipotecas. Asaltar los cielos era que el jefe se hipotecara con un chalet en Galapagar, pero nadie más. Y conste: los mayores de 35 estamos celosos. Ni un pase a los toros, ni un vermú, ni un recuerdo. Pues también votamos.