Luis del Val: "Quiero ser biempensante, la fijación de María Jesús Montero por Andalucía y Madrid es casual"

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Del Val: "Quiero ser biempensante, la fijación de María Jesús Montero por Andalucía y Madrid es casual"

Luis del Val

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Cuando María Jesús Montero estaba en la Junta de Andalucía, se perdieron dos millones de vacunas. Hombre, una vacuna no es un melón, también es cierto, ni un balón de Pilates, que abultan una barbaridad, y se puede perder por cualquier sitio, pero incluso en la más modesta de las ferreterías, las tuercas pequeñitas no se pierden, y, desde luego, ni todas las secciones de ferretería de unos grandes almacenes han perdido dos millones de tuercas o tornillos. No se tienen noticias.

El caso de Andalucía es deslumbrante, porque cada año se perdía no una, ni dos, ni veinte, ni dos mil, sino doscientas mil vacunas. Doscientas mil vacunas, y a la pobre y justiciera María Jesús Montero, martillo de despilfarradores, no le dijeron nada, puede que para no disgustarse. Estoy seguro de que no le dijeron nada, porque si lo sabía podría ser cómplice de un delito grave, puesto que los dos millones de vacunas, puestos en el mercado, tienen un valor de 27 millones de euros. Con 27 millones de euros se pueden construir un bloque de 120 viviendas, pero no esas viviendas de chicha y nabo, sino viviendas confortables. 

No me extraña que la despistada y descuidada María Jesús Montero, al comprobar que le habían mentido y le habían engañado con lo de las vacunas, y, encima, también la engañaban con lo del ERE, con ese amor propio que le caracteriza, haya intentado recuperar el rigor que no tuvo en Andalucía. Lo que sorprende es que, ahora que es ministra en funciones -en funciones de reengancharse-, en lugar de volver la vista a las autonomías más derrochonas, más deficitarias, y más provocadoras en el gasto, se haya vuelto otra vez a Andalucía. O que el primer intento de fiscalizar una autonomía haya sido Madrid, donde se pretende rebajar 5.000 millones de impuestos. Andalucía y Madrid, reciben el rigor de María Jesús Montero. Es una casualidad  que Andalucía y Madrid no estén gobernadas por el PSOE. Una incómoda coincidencia. Lo más probable que es que ese rigor de María Jesús Montero se proyecte enseguida por las autonomías más derrochadoras, esas que adquieren deuda externa, digamos que hablamos de Cataluña, y esos 80.000 millones de euros, algunos comprados por el Estado Español y calificados en el mercado como bono-basura. Ahí sí que debería entrar la ministra de Hacienda, sobre todo teniendo en  cuenta las sentencias sobre malversación.

Y si no lo hace, como vivimos en un país donde los mal pensados abundan, podrían cree que María Jesús Montero, la médico que despachó a  más de 7.000 médicos cuando era consejera de Sanidad, en la Junta de Andalucía, está llevando a cabo unas acciones sospechosas de prevaricación. La prevaricación administrativa se produce cuando un funcionario público, a sabiendas, pone en marcha resoluciones arbitrarias, injustas, que afectan al derecho y la igualdad de los ciudadanos. Y eso lo deciden los jueces. Esta mañana, quiero ponerme al lado de bienpensados. Y que las vacunas sean despistes, y que echar a la calle a siete millares de médicos, lo hiciera por amor a la salud Andalucía. Y que su fijación por autonomías, que no están gobernadas por socialistas, sean casuales. Porque lo otro llevaría a colocarnos en en sector de que los que sospecharían que la ministra es sectaria y, lo que sería un delito, presuntamente prevaricadora. 

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