Unos jóvenes de Sevilla se preparan para un partido de fútbol y no dan crédito al gesto que tiene el entrenador en el vestuario: "Una cosa..."

Gente que está hecha de otra pasta. Seguro que Vd lo ha oído o lo ha dicho de alguien. Son esas personas que te sorprenden por su calma, por su aplomo, o por su bondad. Bondad sin ñoñerías, una bondad discreta, casi de puntillas. Les explico.

Equipo de fútbol Andalucía Este de Sevilla. Vestuario. El entrenador, Álvaro Ruiz, llama a un muchacho espigado que se sienta discretamente al fondo.

Se llama Abdul, tiene 17 años, nació en Burkina Faso, llegó a España y, a través de Cáritas vive en un piso tutelado y juega en el Andalucía Este de Sevilla.

Unas zapatillas, unas botas, un chubasquero y una sudadera chulísima. Esos fueron los detalles con los que sus compañeros quisieron decirle a Abdul: quizá tus Navidades no hayan sido como las nuestras, pero aquí estamos.

Hubo regalos, hubo emoción, hubo aplausos y hubo charla del entrenador, claro, que quiso recalcarles que hay una suerte no escrita que te hace nacer en un sitio o en otro del mundo, y que marca tu día a día y tu futuro. Y que si esa fortuna te ha colocado en la zona del planeta más privilegiada, tienes la obligación de pensar en el resto.

Esos chicos apuntan maneras de buenas personas, pero detrás hay mucha gente de otra pasta. Álvaro, el entrenador, de esos tipos que marcan y forjan personalidades, y, por supuesto, los padres de estos muchachos. Valores y gente de otra pasta. Qué puede fallar…

Un niño de Mallorca interrumpe su partido de tenis por una rabieta y se queda de piedra por la reacción de su entrenador

Hay otra 'historia del día' que también se produjo, como en el caso anterior, en el ámbito del deporte. Miren, todos tenemos algún defecto. Algunos son más llamativos y otros están más escondidos pero, nadie es perfecto. Ahora imaginen que, de ese defecto que Vds tienen, que todos tenemos, saliera una virtud. Es decir, que pudiéramos darle la vuelta a nuestro favor, que de eso que corre en nuestra contra, hiciéramos un aliado.

Pepe Demi es entrenador de tenis en Mallorca. No es muy difícil hacerse a la idea de que muchos niños llegan queriendo ser en dos meses Rafa Nadal. Pepe es, sobre todo, motivador.

Uno de sus pupilos se llama Yago, que tiene mucha garra, mucho carácter y eso se le vuelve en contra, porque se enfada consigo mismo si las cosas no le salen enseguida como quiere. Así que Pepe le cuenta que ese empuje lo puede usar para superar su malestar muy pronto. Porque no se trata de que cambie. 

Porque Pepe Demi piensa que lo importante es conocerte muy bien y poder darle la vuelta a lo que, sin canalizarlo, te hace mal.

El vídeo de Pepe y Yago tiene siete millones de visualizaciones. Lo que quiere decir que algo deja Pepe flotando y que nos viene bien a todos. Porque este coach está especializado en niños y sus mentalidades, pero me parece a mí que más de un adulto, necesitaría un consejo.

Por ejemplo, antes de entrar a trabajar, un poquito de Pepe Demi, ¿no?