Un policía jubilado sale a pasear por Albacete y lo que encuentra en plena calle le hace recordar sus años en activo: "Se remangó"

José Ángel Azaña es un policía local de Albacete que se acaba de jubilar. Sin embargo, su trabajo todavía no ha terminado

Redacción digital Redacción Herrera en COPE

Madrid - Publicado el

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Más vale el diablo por viejo que por diablo. Esto lo ha oído usted mil veces, pero hoy nos viene al pelo.

José Ángel Azaña es un policía local de Albacete que se acaba de jubilar. Iba el hombre el otro día paseando por el centro del Nueva York de La Mancha y se encontró a un grupo de chicos, muy apurados, tratando de ayudar a un amigo. 

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Imagen de archivo

Este chico había sufrido una parada respiratoria, a causa de una crisis epiléptica. Y además, se había desplomado y se había dado un golpazo, así que presentaba una hemorragia considerable. Y José Ángel, se remangó.

Los amigos del chaval lo estaban haciendo muy bien, pero la ayuda de José Ángel fue mano de santo. Porque aportó serenidad en una situación en la que es muy difícil encontrar tranquilidad.

Primero no le entraba aire, pero después, tras un ratillo de susto, comenzó a respirar el muchacho.

Cuando las cosas acaban bien, no hay más que decir. Bueno, quizá sí. Que la veteranía, esa cosa tan mal vista en tiempos de edadismo, de culto a la juventud (como si la juventud se la ganara uno en un concurso o como si no se pasara con el tiempo) vale más que lo curtido o lo experimentado. Como si esa tranquilidad que te dan los años no fuera importante.

      
             
      

Viva la Policía Municipal. Incluidos sus jubilados.

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Ha sido otra de las Historias del Día que ha traído recientemente María José Navarro. 

Si ha entrado usted alguna vez a un quirófano, ya sabe el frío que hace. Entre el frescor, la bata esa ridícula que te ponen, el miedito, los médicos de verde, los nervios, todo es un trago. Ahora bien, imagine que entra en un quirófano y suena un violín. Y suena muy bien.

      
             
      

Joan Valls es residente de pediatría y además es músico y tocó su violín en un quirófano en el Hospital San Joan de Déu en Barcelona. Un niño estaba a punto de ser operado y Joan quiso tocar y acompañar el momento. Justo antes de que el crío fuera anestesiado, ahí estaba el violín de Joan, haciendo que la situación fuera más amable.

Pero eso no fue todo. También vestido de verde estaba el padre del niño, que no lo dejó ni un momento. Y ese es el protocolo del Hospital San Joan de Déu de Barcelona.

Así que estaría muy bien que fuera contagioso. Que los padres puedan acompañar a los niños en una operación o en una prueba. Pídanlo en Atención al Paciente. Es un derecho. Tienen el poder de hacerlo más fácil porque hay que cuidar más a quien lo está pasando mal.

      

Y todo esto, si Vd ha tenido que entrar en un quirófano, ya sabe que se agradece muchísimo…